Editorial


Prepararse para La Niña

EL UNIVERSAL

04 de agosto de 2016 12:00 AM

El fenómeno meteorológico de La Niña tiene según el Ideam una probabilidad del 61% de ocurrir. Si llegaran estas lluvias, ya sabemos que serán copiosas y que mucha agua caerá en poco tiempo, demasiada para que la tierra la absorba antes de caer el siguiente aguacero, y así se crean las inundaciones.

La sequía del fenómeno de El Niño que acaba de pasar proporcionó las condiciones ideales para preparase para lo que podría venir, porque permitía hacer movimientos de tierra para proteger caseríos, pueblos y viviendas mediante jarillones, además de relimpiar pozos de agua aterrados y reforzar diques debilitados. Y quizá aún haya algún tiempo para esas labores, pero no será muy largo en la mayoría de la Costa Caribe colombiana.

Hay represas que si no fueron reforzadas para aguantar más agua en grandes volúmenes y en corto tiempo, están en riesgo de romperse y de hacer daño aguas abajo, por lo que al menos debieron ser relimpiados sus “oídos” o botaderos por donde sacar el exceso de agua y quizá a muchas aún se les pueda hacer este trabajo, que es más rápido que pretender reforzar sus terraplenes.

¿Qué más se puede hacer ahora?
Lo más importante es saber cuáles son los lugares más vulnerables a las inundaciones y prever cierto equipamento de emergencia, como sacos para llenar de tierra y usar para proteger viviendas y tramos críticos de algunas vías, y saber de dónde se sacaría el material para llenarlos, que debe ser el sitio más cercano y con buena vía de acceso. Los distintos comités de emergencia en el departamento de Bolívar y de sus pueblos y ciudades ya deben estar haciendo este inventario de vulnerabilidad y la estrategia para manejar una emergencia, incluyendo tener a la vista motobombas que sirvan.

Es el momento para que cada caño de desagüe sea revisado para asegurarse de que está limpio y de que no tenga nada que lo represe, tanto dentro de las ciudades y pueblos como en las áreas rurales.

Todos los techos deben ser revisados para evitar que los ventarrones asociados a las lluvias de la segunda mitad del invierno, y especialmente durante una La Niña, los destruyan, como ya comenzó a ocurrir en algunos pueblos y barrios subnormales de algunas ciudades. Ya sabemos que las casas mal construidas, ahorrando soportes para las láminas de los techos, son las más vulnerables. También deben revisarse los alambres de los amarres de los distintos estilos de tejas, bien sean de asbestos, plástico o metal, para que no sean arrancadas fácilmente de sus estructuras de apoyo.

En ningún caso las entidades de prevención de desastres deben estar con los brazos cruzados esperando los daños, sino tratando de evitarlos mediante el sentido común y la experiencia acumulada. Prevenir puede salvar muchas vidas y propiedades de la gente más vulnerable.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS