Editorial


Que pare la violencia

El Centro de Observación y Seguimiento del Delito (Cosed) presentó el informe estadístico de los homicidios que ocurrieron en 2017 en Cartagena: 252 en total.

La cantidad preocupa, más aún, si la comparamos con la de 2016, cuando hubo 238 homicidios. Es decir, el aumento en muertes violentas fue de 14 casos.

Parece increíble pero el mes que en teoría y tradición es para estar en familia, cuando más se ven luces, sonrisas y abrazos, fue cuando más mataron en Cartagena: 36 homicidios en diciembre, es decir, se duplicaron las muertes si lo comparamos con el mismo mes de 2016, que cerró ese año con 21 casos.

Le siguen los meses de marzo, julio y noviembre cada uno con 25. En este último, la intolerancia reinó durante los días que se celebraban las Fiestas de la Independencia.

El informe del Cosed deja ver que un factor que influyó en esa intolerancia asesina pudo ser la ingesta desmedida de licor, pues la mayoría de las muertes fueron entre las 9 de la noche y las 6 de la mañana, con 130 casos. Los domingos, día en el que más acostumbran festejar y consumir bebidas embriagantes en los barrios populares, sigue siendo en el que más corre sangre en el año. En el 2017 sucedieron 79 homicidios los domingos, es una cantidad alarmante porque fueron 18 más que en 2015 y 2016.

“... particularmente las horas entre las 9 y las 12 de la noche con un total de 50 registros. Las horas de menores cifras registradas corresponden al intervalo entre las 9 de la mañana y el mediodía”, añade el Cosed.

Los barrios más grandes de la ciudad son Olaya Herrera y El Pozón. Allí, donde más se concentra la pobreza, fue donde más mataron: 29 y 17 homicidios respectivamente. Les siguen en la lista La Esperanza (con 13), Nelson Mandela (12), y La Candelaria (9).

Agrega el Cosed que el espacio público representa el lugar de mayor frecuencia de ocurrencia de este delito, con 167 casos. En el segundo lugar está  la casa, “con 23 casos, que podría explicarse parcialmente por relación con sicariatos o ajustes de cuentas”.

Los jóvenes son los que más mueren violentamente. En 2017 murieron 115 (5 eran mujeres), que estaban en edades entre los 20 y 29 años.

La violencia interpersonal sigue creciendo de manera descomunal. De 42 muertes en el 2008, se pasó a 143 en 2017. “Unos 56 homicidios ocurrieron por sicariato, uno menos que en el 2016 y su comportamiento es decreciente desde el 2009, disminuyendo desde entonces un 62%. En cuanto a los homicidios por hurtos en 2017, hubo 33 casos, 2 menos que en 2016”.

Ojalá a final de este 2018 no tengamos que contar tantos muertos, y para eso, es fundamental que todos trabajemos por una sociedad mejor, desde la familia tolerante, el voto consciente, y el político que no se deja arropar por la corrupción.

 

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