Editorial


¿Quién manda aquí?

EL UNIVERSAL

04 de noviembre de 2016 12:00 AM

En la primera página de El Universal de ayer aparecía la foto de una chiva turística, llena de pasajeros, atravesando el carril exclusivo de Transcaribe mientras el semáforo estaba en verde, indicándole a este transporte masivo que la vía era suya. Afortunadamente no hubo un accidente. Cualquiera supondría que a alguien a quien una empresa turística le entrega el volante de un bus en el que van a ir muchas personas más, tiene que ser una persona con cierta preparación y criterio precisamente para no cometer estupideces, pero parece que no es así.

Aunque hay muchos más policías que fotógrafos de los medios, la infracción fue vista y documentada por uno de estos últimos, pero no había allí ni pasó por el sitio ninguna figura de autoridad con el tiempo o la misión de impedir estas acciones, que se ven a diario iguales y peores.

El mototaxismo es un servicio ilegal, pero pululan los mototaxistas en la ciudad, y los motociclistas en general cometen todas las violaciones posibles a las normas de tránsito y al sentido común. Aunque la Policía hace operativos frecuentes y decomisa motos, sanciona a muy pocos infractores porque son miles comparados con la cantidad de agentes que hay en la calle. El resultado es que los conductores de motos hacen más o menos lo que quieren. Y guardando las proporciones, cosa similar hacen los conductores de taxis y algunos particulares.

Todo lo que la Policía puede hacer es poner sus pocos hombres donde más efectivos sean y donde mejor hagan fluir el tráfico, a sabiendas de que apenas rasguñan las necesidades de la ciudad.

En el Centro Histórico hay todas las anomalías posibles, desde la ocupación ilegal de andenes hasta la ocupación de las calles por vendedores estacionarios que parecen ser incontrolables y van deteriorando este patrimonio a pasos agigantados. Los ambulantes con carritos para vender distintas cosas andan con sillas y bancas para ponérselas a su clientela en la calle que les dé la gana. Las autoridades hacen operativos de control, pero por algún motivo, terminan siendo inútiles a pesar de la buena voluntad de muchos.

La plaza de los Coches, en el Centro Histórico, es tierra de nadie a pesar de que hay autoridades cuya responsabilidad es meter en cintura muchas de las anomalías cometidas allí, incluidos infractores de cuello blanco. Con gran esfuerzo, por ejemplo, las autoridades cerraron una de las terrazas que hacen ruido hace un par de días, y ya funciona la misma terraza, pero en otro piso, haciendo el mismo escándalo. ¡Qué burla contra las normas, las autoridades y la ciudadanía!
Estos problemas no son solo de esta alcaldía, pero cada día se agravan y multiplican, haciendo inevitable preguntar quién manda en la ciudad, porque las autoridades no parecen ser capaces de hacerlo. ¿Qué se necesitará para que cada autoridad pueda hacer su labor con eficacia? Si eso no ocurre, la ciudad será inviable.

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