Editorial


Repunta el agro de Bolívar

En la reciente feria agropecuaria en El Carmen de Bolívar el viernes y sábado pasados (ayer y antier), una excelente iniciativa de la Gobernación, se destacaron muchos productos del agro montemariano.

Como novedad está el repunte en los cultivos de café del Cerro de Maco, que tiene 942 metros sobre el nivel del mar, según lo anuncia un aviso enclavado en la cima de dicho alto. Es entonces un microclima de montaña que permite sembrar y cosechar café, y que en este caso es orgánico, un nicho de mercado que será cada vez más importante.

Se sabe poco que los cultivos de café del Cerro de Maco y de otros sitios con clima similar en los Montes de María estuvieron asociados desde el principio al cultivo del aguacate, ya que estos árboles originalmente tuvieron el propósito único de darle sombra a los cafetales. El aguacate en sí era tan poco importante económicamente que su fruto apenas servía para engordar cerdos y para el consumo doméstico local, pero en ese entonces no tenía un mercado ni siquiera departamental y la mayor parte de los frutos se descomponían en el suelo todos los años. 

Ahora que el café recobra su importancia económica y social en la zona, se volverá a necesitar una cobertura que le dé sombra como lo hacían los antiguos sembradíos de aguacate. El problema serio, como hemos mencionado muchas veces aquí, es que el aguacate de los Montes de María padece una enfermedad (Phytophtora) que le pudre las raíces y termina matando los árboles. Podría ser controlada con buenas prácticas agrícolas, que hasta ahora han sido inexistentes en esos parajes, aunque podrían ser fomentadas ahora que el Estado comienza a volver a ocuparse de áreas como estas.

También es importante sembrar aguacates por su propio valor, aunque lo recomendable sería hacerlo con variedades más resistentes a la enfermedad antes mencionada y con mercados más amplios.

Esta industria y todas las demás del agro requieren una campaña seria y continuada, una política de Estado, que trascienda los distintos gobiernos nacionales y departamentales, para que pueda salir adelante el campo de esta y de las demás zonas de Bolívar.

Por su parte, la industria del tabaco no debería ser fomentada, sino sustituida por otra, porque está destinada a acabarse pronto en el mundo por sus efectos graves sobre la salud.

Las ferias tienden a ser la punta de lanza de las actividades económicas del campo, por lo que esta iniciativa del gobierno de Dumek Turbay debería institucionalizarse.

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