Editorial


Rescatar La Bocana

EL UNIVERSAL

25 de noviembre de 2017 12:00 AM

La ‘Bocana de marea estabilizada’, como es el nombre y apellido de la obra donada hace 17 años por la Cooperación Holandesa, está lamentablemente deteriorada luego de que fuera abandonada poco tiempo después de construida, con algunos conatos esporádicos y mediocres de arreglarle algunas cosas.

La Bocana tiene seis compuertas de entrada que se abren solas al subir la marea, permitiendo que el agua fresca y limpia del mar entre a la Ciénaga de la Virgen, antes mucho más  contaminada que ahora y además, hedionda, especialmente en la orilla frente a los barrios de la hoy Vía Perimetral, donde las aguas servidas de una Cartagena sin alcantarillado se concentraban en la boca de los caños y canales de desagües pluviales, que también descargaban aguas servidas. Vivir allí era un suplicio por dichos hedores.

La Bocana tiene otras cuatro compuertas de salida que también se abren solas, pero al bajar la marea, mientras las de entrada se cierran, como ya mencionamos, por la acción de la marea en uno y otro sentido. Entre las baterías de compuertas de entrada y de salida nace un tablestacado, o ‘cortina’, que va hasta las partes más remotas de la ciénaga, obligando al agua fresca del mar a llegar hasta allí y sacar las aguas putrefactas. Al cabo de unas semanas, el agua de la Ciénaga de la Virgen había sido completamente renovada, y un tiempo después se instaló el alcantarillado en buena parte de la zona más crítica, ayudando a descontaminar este cuerpo de agua de manera considerable, mejorándole dramáticamente la calidad de vida a la Zona Sur Oriental (ZSO), como se le llamaba con más frecuencia que hoy.

El plan era, gracias a La Bocana, usar la ciénaga de la Virgen para recreación, incluyendo nadar, una vez los análisis de agua, que al principio eran casi diarios, indicaran que se podía sin peligro para la salud. La ciénaga tendría áreas para esquiar, hacer vela, canotaje, avistar aves y pasear, añadiéndole a Cartagena un nuevo atractivo para propios y extraños, y sería también una fuente de empleo a través de las anteriores actividades, incluyendo las marinas para posibilitar parte de lo anterior.

Celebramos que el Distrito, según le dijo a El Universal Sergio Londoño Z., alcalde (e), piensa rescatar La Bocana en 2018, incluido su tablestacado podrido por secciones, y retomar los programas que la deben convertir en una fuente de recreación sana y de empleo para los cartageneros, además de tener una estación de investigación ambiental no solo para controlar la calidad del agua, sino para proyectos sostenibles que mejoren la calidad de vida de sus vecinos.

 


 

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