Editorial


Restricción a las motos

EL UNIVERSAL

13 de julio de 2017 12:00 AM

Mientras las autoridades de Cartagena planean no restringir los parrilleros femeninos en ninguna vía, y restringir los parrilleros masculinos en unas vías y en otras no, en algunos barrios, cuyos líderes y habitantes están desesperados por la inseguridad causada por los atracadores en moto, arman talanqueras por su cuenta para impedirles ingresar a todos estos vehículos por sus áreas residenciales.

Las motos son simultáneamente una bendición para muchas personas serias y decentes que al fin pueden tener un vehículo personal eficiente y económico para comprar y operar; y una maldición para las víctimas de los muchos delincuentes que las usan para hacer fechorías, incluyendo no solo atracar personas, sino asesinarlas.

Conocer las estadísticas de las motos que operan en la ciudad es ya muy difícil, dado que las de los municipios vecinos y cercanos se vienen a los barrios de Cartagena a ejercer el mototaxismo. También pasa a la inversa: los mototaxistas de algunos barrios periféricos se van a Turbaco y a otros municipios cercanos no solo para hacer mototaxismo, sino para cometer atracos y escapar por caminos secundarios, terciarios y hasta por trochas entre los potreros. Por estas vías a trasmano evaden los controles de los retenes y los ocasionales de la Policía motorizada no solo en Turbaco, sino en casi todos los pueblos vecinos.

Cuando empezó el mototaxismo y luego se comenzó a volver un problema, los primeros perjudicados fueron los motociclistas legítimos con motos estrictamente privadas para transporte personal y familiar, y también para ejercer la mensajería. Eran vehículos privados a veces usados en trabajos formales y reconocidos, pero sufrieron el acoso ocasional dado a los mototaxistas por las autoridades.

El servicio del mototaxismo ilegal, pero permitido, floreció porque llenaba un vacío enorme en las necesidades de transporte de las personas que al fin tenían un servicio puerta a puerta, a un precio razonable, aunque sus calles fueran malas. Entonces el mototaxismo afectó seriamente a los taxis, buses y busetas.
Luego, las motos se volvieron el vehículo de preferencia para cometer atracos y sicariatos, y afectaron a los mototaxistas, que aunque ilegales y atrabiliarios para conducir, son en su mayoría serios dentro de su ilegalidad.

Controlar las motos no será fácil, así que cualquier plan de las autoridades debe ser bien pensado y luego no debe abandonarse, porque se necesita eliminar los desmanes en la vía y los actos criminales en moto.

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