El servicio de salud en Colombia es precario y los pacientes deben acudir con mucha frecuencia a los estrados judiciales para que las Entidades Prestadoras de Salud (EPS) les den la atención que requieren, sobre todo cuando por enfermedades de alto costo o las llamadas enfermedades raras, que requieren tratamientos especializados y drogas poco comunes. Simultáneamente, hay escasez de camas hospitalarias, especialmente en Cartagena, lo que hace más dificultoso para cualquier persona que padezca una enfermedad ser atendida con el cuidado necesario, que la mayor parte de las veces hace la diferencia entre vivir o morir.
Mientras la salud siga siendo considerada una mercancía que haga depender la calidad de la atención del dinero del paciente, seguiremos viendo los paseos de la muerte y los dramas que terminan en fallecimientos que pudieron evitarse si no hubiesen estado de por medio los engorrosos y absurdos trámites impuestos por las EPS.
Pero hay otro aspecto en que la mayoría de las EPS no cumplen bien la función, sea porque lo hacen a medias y por salir del paso o porque no lo practican en absoluto: la promoción y prevención en salud, cuya principal propósito es evitar que la gente se enferme. Este es un aspecto descuidado, entre otras cosas, porque nuestro sistema de salud mide la eficiencia solo en función del número de pacientes atendidos y no teniendo en cuenta el número de personas que dejaron de enfermarse gracias a las campañas preventivas y a la promoción de hábitos saludables.
Un buen programa de promoción y prevención requiere invertir recursos, pero ello se traducirá más adelante en menos gastos para el tratamiento de una enfermedad, pero eso no lo quieren entender muchas EPS, porque su filosofía es empresarial: recoger la mayor cantidad de aportes de los afiliados y gastar la menor cantidad de dinero en prestar el servicio.
La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, en términos generales, es el conjunto de acciones, procedimientos e intervenciones integrales, orientadas a que la población, individualmente o agrupados en familia, mejoren sus condiciones para tener una vida libre de enfermedades a través de prácticas específicas de dieta, hábitos, precauciones, ejercicio y otras herramientas que le garanticen un organismo funcionando a plenitud.
Las EPS y las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) cumplen con su obligación de desarrollar una estrategia eficaz de promoción y prevención cuando ofrecen servicios integrales que conservan a sus afiliados y a sus familias libres de enfermedades mediante hábitos saludables, chequeos frecuentes y asegurándose de que todos lleven una vida sana, feliz, placentera y productiva.
Paradójicamente, hay muy pocas quejas de los afiliados a las EPS por incumplir esta obligación, siendo un derecho tan importante como el suministro de tratamientos o drogas. Con más promoción y prevención, sería menos frecuente la hospitalización.
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