Editorial


Salud y obras públicas

EL UNIVERSAL

06 de abril de 2016 12:00 AM

Un estado sensato cuida la salud de sus ciudadanos. En Colombia la salud pública está sujeta a la corrupción rampante, como también lo están muchos otros campos de la actividad pública y su interacción con la privada. Ya conocemos lo que pasa en el sistema nacional de salud y las deudas enormes que las IPS tienen con las EPS.

También influye en la mala salud pública la falta de una cultura de prevención y de chequeos médicos oportunos. Aquí las enfermedades suelen ser detectadas cuando ya avanzaron en las personas. Esto es funesto porque puede destruir la vida social y física de la gente, y porque encarece el costo de la salud pública enormemente para el estado, que tiene que atender lo que no previó. Bajo todo punto de vista, especialmente el social, emocional y económico, es mucho mejor emplear los recursos en prevenir que en curar.

Pero no toda la prevención tiene que ser estrictamente médica, sino que también debe ser a través de invertir en promover actividades saludables como el deporte. Por ejemplo, las máquinas de ejercicios instaladas en áreas públicas por la pasada administración distrital son un paso pragmático y certero en esa dirección, y confiamos en que el alcalde Duque, quien dijo al asumir la alcaldía que conservará todo lo útil de las pasadas administraciones, seguirá también con esta política de promover el buen estado físico de la ciudadanía, por lo que debería incrementar las áreas públicas como los paseos peatonales y su equipamento.

El único espacio masivo nuevo que se ha construido en Cartagena es el área pública del Túnel de Crespo, que es un área invaluable y que ya tiene usuarios asiduos. Algo similar debería ocurrir en la parte ya construida de la avenida Perimetral, obra que con el complemento de la vigilancia policial permanente ayudaría a mejorar no solo la salud física de la gente allí, sino el tejido social de este área y de otras similares que se deberían construir.

Pero a pesar de progresos como el del área pública del túnel, la ciudad es notoriamente mezquina en espacios públicos y el siguiente que se vislumbra para el conglomerado de Crespo, Marbella, algunos barrios de La Popa, el Centro, Bocagrande, El Laguito y Castillogrande es el de la avenida del Bicentenario, ahora llamada “Paseo turístico Cartagena de Indias”, una APP que sigue estando en el papel, y que resolvería la enorme necesidad de ciclovías y de paseos peatonales de esta zona.

Mientras tanto, la gente hace ejercicio en las madrugadas a pie y en bicicleta arriesgando la vida por el área costera entre la Tenaza y el Túnel de Crespo, donde la arena obstruyó parte de las aceras, que de por sí están en mal estado, obligando a los caminantes a usar la calle en grandes tramos y a los ciclistas a invadir carriles al esquivar las dunas que colman la vía, o a irse de frente contra los peatones que trotan o caminan. No puede ser que el consorcio responsable no mantenga las aceras y calles libres de arena siempre, y no de vez en cuando, como sucede ahora, castigando la salud pública de la ciudad y arriesgando vidas humanas.

De todas maneras las administraciones deberían entender que la salud y ciertas públicas también están ligadas.

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