Ayer Colprensa habló con Amylkar Acosta, presidente de la Federación Nacional de Departamentos, quien le informó a la agencia de prensa que Gas Natural- Fenosa, la empresa española propietaria de Electricaribe, había instaurado una demanda contra la Nación para que está capitalizara a la compañía que le suministra la energía a la Costa Caribe, permitiéndole llevar a cabo sus compromisos de expansión para conjurar la crisis de este sector del país. El propio Amylkar Acosta anunció que podríamos estar cerca de un apagón general.
En este conflicto hay mucho de demagogia contra esta empresa, atacada constantemente por políticos de la región, cuya exasperación entendemos y compartimos, pero también creemos que es indispensable pensar con cabeza fría para no empeorar la situación.
Electricaribe tiene unos compromisos de expansión de diversos elementos de infraestructura no solo para normalizar la energía en el Caribe, sino para absorber su crecimiento poblacional y empresarial y prever su futuro. Y a la vez, el gobierno se había comprometido a pagarle a Electricaribe lo que le deben diversos sectores oficiales, además de la llamada energía social, y tampoco ha cumplido, a lo que la empresa le atribuye en buena parte su falta de caja.
No hay que olvidar que la Costa Caribe es de estrato socioeconómico bajo en su gran mayoría (80% de la clientela de Electricaribe) y este mercado es por eso poco atractivo para cualquier compañía. Es verdad que hay una cultura de no pago acentuada en estos estratos y en otros, y también es común emplear conexiones fraudulentas para robarse la energía. Esta última conducta no es solo de los estratos bajos, sino de sectores de otros más altos que parecen creer que todo se vale.
El problema de Electricaribe y de quien asuma este mercado es que, como le explicó William Murra a El Universal, el sistema en la Costa Caribe se sostenía con los ingresos que generaba el 20% de los usuarios de estratos 5 y 6, Sectores Comercial e Industrial, y el aporte de estos era 80% de las necesidades de caja. El otro 20% venía del 80% de los usuarios(estratos 1, 2,3 y 4).Este esquema funcionaba. Pero hoy, apunta Murra, el 50% de la caja lo aportan los estratos y sectores pudientes y el otro 50%, los estratos más bajos, entre otras cosas, porque subir el precio de la energía la hizo más difícil de pagar para los más pobres.
Tampoco podemos volver a los viejos e irresponsables tiempos en donde cada político del Caribe tenía su cuota en la entidad eléctrica regional y esta era una parcela politiquera que tampoco funcionaba y había apagones constantes.
Las declaraciones altisonantes contra Electricaribe no mejoran la empresa ni incrementan su suministro de energía. Hay que proceder con datos sólidos y pies de plomo para salir airosos de esta crisis que acaba de dar un giro que la agrava seriamente y dificulta más cualquier solución.
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