Editorial


Sí al papa, no a Cartagena sitiada

Para transportar a los cartageneros a la misa campal que oficiará el papa Francisco, Transcaribe cree que movilizará entre 30 y 40 mil pasajeros en 30 de sus vehículos, con una frecuencia de tres minutos entre cada uno: 10 articulados (160 pasajeros c/u); 10 padrones (90 pasajeros c/u); y 10 busetones (56 pasajeros c/u), a una tarifa de $2.100 (dos mil cien pesos). Vemos difícil que para tomar Transcaribe solo habrá tres estaciones: el Patio Portal como punto de salida (5 am a 1 pm) y el área entre la báscula del Bosque y el peaje como punto de descenso; y desde el CAI de Ceballos (1 pm a 9 pm) hasta el Patio Portal de vuelta. Nadie se puede embarcar en lugares intermedios. Estos buses, las busetas y los taxis podrán llegar solo hasta el área de la báscula del Bosque y de allí la gente caminará a Contecar, donde será la misa.

La visita del papa Francisco a Cartagena es una gran noticia, pero sitiar a la ciudad por orden de Bogotá es inconveniente. Volvimos a la época abusiva del Virreinato, desde donde, según las autoridades locales, nos decretaron que a la ciudad no podrán entrar carros privados ni de carga desde Barranquilla, ni desde San Onofre, ni desde ninguna parte, ni tampoco podrán salir de la ciudad, desde el sábado a las 6 de la tarde hasta el domingo a las 10 de la noche.

Esto por supuesto perjudicará a muchos ciudadanos particulares y a muchos negocios, que tendrán costos extras, es decir, pérdidas. ¿Se las va a reconocer el Gobierno nacional o el local? No vimos que en Bogotá implementaran las mismas medidas, y apenas el papa pasó por la 26, esta arteria fue abierta al tráfico, como debe ser.

Entendemos que es mejor privilegiar el transporte público en la ciudad ese día, especialmente para ir a los sitios donde estará Francisco, pero se cometió el abuso de decretar el día sin carro en toda la ciudad, aun por donde el papa no pasará. ¿Cuál es el sentido de que en muchos barrios la gente no pueda ir al supermercado en su carro, o a visitar a un pariente o a un amigo, o salir de la ciudad a cualquiera de los pueblos cercanos, si Francisco no estará ni por allí cerca? Entenderíamos también que en ciertas áreas se prohiban los parrilleros, ¿pero se deben prohibir también las motos en toda la ciudad el domingo, aun donde no irá Francisco?

Estas medidas no dejan la sensación de ser solo de seguridad, sino que parecen medidas de comodidad para hacer las autoridades un menor esfuerzo y pasarle a la ciudadanía la mayor parte de las penurias. Aún hay tiempo para repensarlas y levantar el sitio de Cartagena.

 


 

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