Editorial


Sin riego no hay felicidad

EL UNIVERSAL

27 de abril de 2017 12:09 AM

El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, anunció antier que Colombia Siembra cumplió el 43% de su meta (un millón de nuevas hectáreas hasta 2018) al incidir para que se sembraran 434.000 hectáreas entre 2015 (194.363 ha) y 2016 (240.313 ha), lo que ayudó al bienestar de los campesinos y según él, aumentó “la oferta en las plazas de mercado y centros de abasto, con la consiguiente reducción de los precios al consumidor”.

Iragorri enfatizó que Colombia Siembra beneficia a todo el sector agropecuario incluyendo a los campesinos, y anotó que la siembra nueva fue más que todo en arroz, maíz, palma de aceite, frutales y cacao, añadiendo que hubo desembolsos récord al sector agroindustrial.

Iragorri dijo que fueron tituladas 630.000 nuevas hectáreas a comunidades indígenas y negras. Otros guarismos son que se comercializaron 47.750 toneladas de maíz de la cosecha que está finalizando; la cosecha de arroz ayudó a disminuir el índice de precios al consumidor; y en los últimos 5 años, la tierra sembrada con frutas y hortalizas creció 12% y su producción aumentó en 32%.

Casi simultáneamente, José de Silvestri, presidente de Asoganorte, anunció que con las lluvias ya comenzaba a subir la producción lechera en el Atlántico, cuyo potencial es de 270 mil litros diarios, aunque ahora produce 120 mil litros diarios; es decir, en la temporada seca tiene menos de la mitad de la producción de la temporada de lluvia.

El dirigente apela a no depender de la estacionalidad, sino producir rentablemente todo el año, para lo cual propone “prepararnos para la temporada de verano, no solamente comprando suplemento, que es lo más costoso, sino más bien haciendo unos potreros inteligentes, con rotaciones racionales de los ganados en los potreros, con conservación de forraje, que nos permita tener alimento de muy buena calidad todo el año y por supuesto, que eso va permitir que los niveles de producción no bajen tan drásticamente”.

De Silvestri habla de productividad, es decir, de producir más con la misma tierra, manejándola mejor, en su caso ensilando, mientras que Iragorri habla de más producción al enfatizar sembrar más hectáreas.

El común denominador de la producción de Iragorri y la productividad de De Silvestri debería ser tener riego 365 días al año, tanto para la agroindustria como para los campesinos que se dedican al pancoger, que podría garantizar la seguridad alimentaria, el arraigo al campo y una mayor estabilidad social.

El drama de la mayor parte de la actividad agropecuaria del Caribe colombiano y demás periferias es que durante seis meses, y a veces más, hay una sequía que frena a los agricultores grandes y pequeños, y para los ganaderos, cae la producción de leche y de carne a más de la mitad. Aunque sus precios suben, no compensan las pérdidas, ni hay quien le reponga al ganadero los kilos perdidos por las reses de cría y de levante durante el verano, que luego tendrán que recuperar al llover, para tener un estado corporal apto para reproducirse y dar leche.

Señor ministro: sin agua permanente en el campo no hay productividad agropecuaria, y sin productividad no hay progreso económico ni social.

 


 

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