Editorial


Trump: el tiro por la culata

EL UNIVERSAL

04 de junio de 2017 12:00 AM

A pocos días de que Trump anunciara que retirará  su país del acuerdo climático de París, lo que de todas maneras solo ocurriría en cuatro años, dados los reglamentos del acuerdo, representantes de ciudades, estados y compañías importantes de los Estados Unidos preparan un plan para las Naciones Unidas, mediante el cual se comprometerían a cumplir con el acuerdo climático de París suscrito por los EE.UU. Aunque aún no hay un camino para que organizaciones distintas a países puedan estar en el acuerdo de la ONU, este creciente grupo busca la manera de lograrlo y, cuando menos, cumplirán los acuerdos de límites de emisiones de gases de efecto invernadero por su propia cuenta.

Según el New York Times, “El grupo sin nombre, hasta ahora, incluye a 30 alcaldes, tres gobernadores, más de 80 presidentes de universidades y más de 100 compañías (...)”, entre ellas algunas de gran importancia y tamaño.

Michael Bloomberg, exalcalde Nueva York, es uno de los promotores de este esfuerzo, cuya fortuna personal es 9 veces mayor que la de Donald Trump, lo que limitaría su propensidad para alardear de su riqueza y menospreciar a los demás basado en ella. Bloomberg asegura que “(...) redoblando sus esfuerzos climáticos, las ciudades, estados y corporaciones pueden alcanzar, o hasta sobrepasar, el compromiso de la administración de Obama de reducir 26%, para 2025, los gases de efecto invernadero de los Estados Unidos, partiendo de su nivel en 2015”.  Este movimiento muy seguramente crecerá y podrá contrarrestar las movidas chuecas de los multibillonarios hermanos Koch, republicanos, diseñadores y financiadores de la cuidadosa estrategia para desprestigiar la ciencia detrás del cambio climático. Los Koch, no es coincidencia, tienen refinerías que suman una capacidad para procesar 600 mil barriles diarios de petróleo y también son dueños de tuberías para mover hidrocarburos en los Estados Unidos.

Mientras crece este nuevo tiro por la culata para el presidente Trump, también crecen los distintos hilos a través de los cuales investigan sus nexos de campaña con Rusia, de los que quizá aún habrá múltiples sorpresas, incluidas las actividades de su yerno Jared Kushner. En pocos días testificará ante el Congreso James Comey, el destituido director del FBI. Dirá que Trump intentó frenar su investigación de Michael Flynn, miembro de la campaña de Trump, quien negó varias de sus actuaciones, no éticas por lo pronto, y quizá ilegales.

Parece que los problemas del presidente Trump se siguen agrandando a pesar de sus esfuerzos para enfocar la atención en otras cosas.

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