Antioquia tiene costa Caribe, pero piensa y actúa como ente andino, seduciendo a su vecindario para que use a Turbo.
El Universal lleva varios años siguiendo el desarrollo de los proyectos portuarios de este litoral y en particular el de Turbo, en Urabá. Es decir, en el Caribe antioqueño.
Este nunca ha sido un proyecto secreto ni clandestino de Antioquia, sino uno que tienen los paisas en su ADN estratégico desde hace muchas décadas, aunque los pasos más concretos los dieron durante el gobierno de Álvaro Uribe, quien lo calificó cuando era presidente como un “compromiso del alma” que le daría a Antioquia una nueva independencia, refiriéndose seguramente a no tener que depender de los puertos del Caribe no antioqueño: Santa Marta, Barranquilla y Cartagena.
Las dobles calzadas de Medellín a Turbo son indispensables para este proyecto, incluidos los túneles, que les quitarían más de 200 kilómetros a los productos del triángulo de oro con respecto a Santa Marta, Barranquilla y Cartagena.
Antier, El Colombiano informó que en tres años Turbo tendría un puerto: “Se llamará Puerto Antioquia, estará cerca del municipio de Turbo y tendrá un calado de 14 metros, capacidad para mover 7,5 millones de toneladas de carga, de las cuales 3 millones serán en granos, 3 millones en contenedores y 1,5 millones en vehículos y carga suelta”.
Con la típica eficiencia paisa, el nuevo puerto ya tiene todas las licencias necesarias. Las obras, dice El Colombiano, “se iniciarán en el segundo semestre de 2015 con recursos que ascienden a los 370 millones de dólares, todos aportados por un inversionista privado que se le midió a ejecutar la obra” y que se llama Óscar Isaza -su firma es Pío SAS), especializada en construir puertos-, entre otros, uno de contenedores en Buenaventura y Costa Rica.
En el mismo periódico, Federico Restrepo Posada, gerente para el Desarrollo Integral de Urabá y de las Autopistas de la Prosperidad, dijo que el nuevo puerto será “un detonante para atraer nuevos inversionistas y estimular la llegada de nuevas industrias que se asienten en la región”.
Con este puerto los antioqueños esperan atraer industrias a Urabá, generar empleo, y tener una alternativa al banano, cuya industria tiene dificultades, mientras las autopistas nuevas “dejarán a Urabá y Buenaventura unidas a solo 12 horas de viaje por carretera”, una especie de canal seco entre el Caribe antioqueño y el Pacífico, además de estar más cerca de Panamá que cualquier otro puerto colombiano.
Hacer un nuevo puerto en cualquier parte no quiere decir que necesariamente se creará más carga para darle trabajo, sino que habrá otro competidor para la misma carga que hoy se reparte entre los demás puertos colombianos.
Antioquia tiene costa Caribe, pero piensa y actúa como ente andino, seduciendo a su vecindario para que use a Turbo. Mientras tanto, los demás puertos del Caribe colombiano subestiman la capacidad paisa para hacer funcionar a Turbo por su poco calado y en vez de pensar en cómo unirse y complementarse, avivan mezquindades parroquiales que a nadie benefician.
¡Es hora de cambiar ese paradigma!
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