Editorial


Turismo hoy y mañana

La temporada turística de Semana Santa fue un éxito y a la ciudad llegaron 98.358 viajeros, con 52 % más turistas arribados en vuelos internacionales (14.262), que en la misma época de 2017 (9.390). Los demás guarismos también son muy positivos, éxito que el alcalde (e) Londoño Zurek le atribuye “al trabajo conjunto del bloque de conectividad de Cartagena de Indias, liderado por Corpoturismo, Sacsa, Procolombia y Cotelco”, y exalta también la promoción de estas entidades y el sector privado, trabajo que resultó en que Cartagena fuera reconocida como “(...) el destino de turismo con mejor mercadeo en el continente americano”, por Routes America Marketing Awards 2017.

Este éxito ha sido ayudado por la mayor conectividad de la ciudad, que pasó en cinco años de tener 33 frecuencias internacionales, a 65. El sector de cruceros aportó 24.104 pasajeros en Semana Santa, un 16,2 % más que el año pasado. Por La Bodeguita salieron 17.818 pasajeros, que fueron 16 por ciento más que el año pasado. Y para cerrar con broche de oro, Zully Salazar reportó que la ocupación hotelera promedió 75,2 por ciento, mientras en 2017 fue de 70 por ciento en la misma época. Todo este movimiento, según Situr Bolívar, le dejó a Cartagena 68 millones de dólares.

Todo lo anterior es sin duda un éxito enorme que no se le puede escatimar a los actores del turismo, desde los entes locales y sus dirigentes hasta los nacionales, y todos debemos esperar que la tendencia siga igual. Pero para que este éxito se mantenga como tal, tienen que suceder varias cosas a la vez: ampliar el aeropuerto Rafael Núñez debe ser rápido para que sea oportuno, y debe haber una mejoría dramática en la movilidad de la ciudad, la que depende de arreglar las vías dañadas, ampliar las que tengan el espacio suficiente, y de imponer orden para que haya fluidez en vez de trancones evitables, como los causados por los indisciplinados de siempre, que se aparcan donde no deben, no saben usar bien los carriles y creen que son pintados para decorar las calles, y no para organizar el tráfico. No puede ser que por un lado un grupo de personas y entidades hagan crecer el turismo, sin que otro grupo haga esfuerzos complementarios igual de eficaces para poderlo absorber sin incomodar más a los habitantes locales, y a los propios visitantes.

Esta administración encargada tuvo el acierto de nombrar una gerencia para el Centro, pero esta tampoco puede hacer lo que podría mientras dependa de actores dispersos y con competencias fragmentadas. Esperamos que los candidatos a la Alcaldía tengan propuestas serias para lograr todo lo anterior.

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