A la Marina de Santa Marta llegaron siete de treinta embarcaciones del Rally World ARC (Atlantic Rally for Cruisers), un evento organizado por ingleses que zarpa desde Santa Lucía y que navegará 26 mil millas náuticas en 15 meses con un total de 200 embarcaciones, y según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT), está “catalogado como el evento transoceánico más grande del mundo” y en este caso lo apoyan el MinCIT, Procolombia y Fontur.
La viceministra de Turismo, Sandra Howard, dijo que el arribo de este evento a Santa Marta fue iniciativa de la Marina de allí, y gestionado por MinCIT y Procolombia. Como el evento es un rally y no una carrera, los participantes no se arriesgan a salir con mal tiempo, podrán alojarse en hoteles, visitar la ciudad y los atractivos cercanos, gastando tres o más días en puerto luego de un “un operativo interinstitucional para facilitar la experiencia de arribo”, según MinCIT, lo que debería traducirse como un esfuerzo titánico para reducir la tramitomanía sofocante de Colombia.
Treinta veleros pueden parecer insignificantes, pero hace pocos años no hubiera venido ni uno a las costas colombianas por varias razones principalmente porque la fama de país violento invalidaba los seguros de las naves y les quitaba las ganas a los navegantes; no había un sistema de búsqueda y rescate que hoy funciona muy bien manejado por la Armada; y porque no había marinas con servicios completos donde atracar las embarcaciones.
El turismo de yates es importantísimo por el boca a boca, en este caso radio a radio entre embarcaciones, y es por eso que el MinCIT tiene la “meta para 2030 de consolidar al país como un referente náutico en Sudamérica y la región Caribe, con marinas con capacidad para más de 11.000 embarcaciones y con una oferta complementaria de más de 150 empresas de actividades náuticas ubicadas en modernas bases”, según informaba ayer ese ministerio, que además dijo que en nuestros 3.882 km de costas caribe y pacífica “se desarrollan más de 21 proyectos con una inversión de $13.200 millones, entre marinas, bases náuticas, embarcaderos y malecones”.
Mientras tanto Cartagena, que debería liderar este segmento por su tradición marinera, las bondades de su puerto y atractivos monumentales y culturales, está rezagada y sin puestos en las marinas para albergar los yates y megayates que ya empiezan a llegar por sus propios medios. Las marinas en Cartagena parecen mala palabra, aunque no sería raro que alguna resulte aprobada por sorpresa donde no hay la infraestructura para hacerla bien y termine de estrangular las pocas vías y barrios residenciales.
Ya deberíamos tener las marinas en el POT, pero no como más improvisaciones tercermundistas, sino con toda la planificación necesaria para que funcionen sin sacrificar la calidad de vida de los cartageneros, sino lo contrario: que generen empleo sin estorbarle a nadie.
Santa Marta merece felicitaciones por su iniciativa, de la que nos deberíamos contagiar en Cartagena.
Comentarios ()