Editorial


Un gigayate abre una puerta

EDITORIAL

25 de febrero de 2016 12:00 AM

Los megayates fueron objeto reciente de un comentario en este espacio dada la importancia de captarlos para la economía de Cartagena, y dado que no hay instalaciones adecuadas en Cartagena para recibirlos. Un megayate (o superyate) es una embarcación cuya eslora (largo) comienza a los 24 metros (79 pies), y a los de 100 metros (330 pies) en adelante se les llama gigayates en el mundo náutico.

Hace tres días llegó a Cartagena el gigayate Attessa IV (101 metros, 332 pies de eslora), propiedad de Dennis Washington, un acaudalado hombre de negocios de los Estados Unidos. Se rumora en el mundillo náutico que tenía la idea de que su tripulación atracara la embarcación, que “solo” tiene 101 metros de eslora (largo), en el muelle de La Bodeguita, porque el entorno colonial lo había seducido en las fotos que había visto de Cartagena. El Universal no pudo corroborar esto con ninguna fuente oficial, pero suena plausible.

Sea como fuere, el Attessa IV intentó atracar en La Bodeguita y encontró tres naves que pagan arriendo, y que el gigayate no cabía allí. La intención inicial fue la de negociar con los dueños de alguna de las embarcaciones arrendatarias para que le cedieran el cupo, pero tal solución no avanzó, por lo que con gran entusiasmo e imaginación de la Corporación Turismo Cartagena, y con sugerencias de la Capitanía, reorganizaron el espacio de La Bodeguita con un bongo como muelle flotante para que nadie tuviese que irse del sitio ni interrumpir sus compromisos con clientes, ni sus labores turísticas diarias. 

Para dar apenas una idea del impacto económico de una de estas naves, lo que el Attessa le paga a la Corporación Turismo Cartagena por un día de muellaje es más de lo que paga cualquiera de los demás barcos nacionales al mes. El combustible es otro rubro inmenso y dinero que se queda en la ciudad, especialmente ahora que hay un diesel de la mejor calidad mundial producido por Reficar y estas naves no tienen que pensar en tomarlo en otro lugar, como hacían antes.

Por otro lado, la tripulación del Attessa IV es de 21 personas, y todas van a tierra todos los días a comprar, comer y quizá, a tomar algunas copas, y no hemos hablado aún de los gastos del propietario y sus invitados en Cartagena.

Gracias a la visita de esta nave ha sido posible descubrir que el muelle de La Bodeguita podría tener muchísimos ingresos adicionales si se le hicieran algunos cambios sencillos y muy rentables para recibir varios megayates al tiempo, como tener conexiones de agua potable y de energía en cada nuevo amarre creado, para mayor comodidad de todos, equipamento que es de uso común en las marinas.

No estaría mal que una entidad como Corpoturismo, a la que se le abre una nueva puerta, se volviera más productiva y fuera pionera en recibir megayates en Cartagena.
 

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