Editorial


Un paseo peatonal en contravía

Entendemos y no nos toma de sorpresa el afán del alcalde Vélez de cumplir con su enunciado al ser elegido de hacer rendir al máximo su tiempo corto y atípico en la alcaldía de Cartagena, por lo que ya ejerciendo el cargo prometió muchas obras a cambio de trancones mientras las ejecuta. Y va cumpliendo por ambos lados.

Ya ha entregado muchas vías en los barrios y algunas en el Centro, como la avenida del Arsenal, y pronto será el nuevo puente de Heredia, que estaba destruido, además de otras calles en Manga, como la calle Adán Brioschi, en plena ejecución, y la avenida de la Asamblea, entregada hace algunas semanas.

Vélez ha demostrado ser poco dado a las controversias públicas y tiene ya cierta reputación de que es difícil hacerle cambiar de parecer. Esta es una virtud, pero también puede acarrear desventajas no tener alguna flexibilidad.

Estamos pensando en el paseo peatonal de Bocagrande, cuyo contrato de renovación el alcalde adjudicó y probablemente sea difícil echarlo atrás, pero bien vale la pena que esta vez lo piense con calma y lo intente. No vale la pena hacer un trabajo que no mejorará mucho el peatonal que hay y encima de eso, se pierde una oportunidad de oro de abordar el problema de las inundaciones de las calles de forma integral, que equivale a ejecutar el diseño de la Universidad de Cartagena y de otros, ese sí la solución de largo plazo y que debería ser el plan piloto para perfeccionar y luego manejar las inundaciones por las mareas cada vez más  altas en el resto de la ciudad.

Ya sabemos que las inundaciones solo empeorarán con el consabido aumento del nivel medio del mar, dado el calentamiento global, ayudado a veces por otros fenómenos meteorológicos como los remolinos oceánicos que empujan al mar contra las costas, o la mayor temperatura del agua oceánica, que la hace dilatar y también eleva el nivel medio del mar, para no mencionar los “buches” que le mete el Canal del Dique a la bahía en invierno, aunque esos tres fenómenos sean ocasionales los dos primeros y estacional el último.

No creemos que el grueso de la ingeniería local favorezca la solución de la Universidad de Cartagena así porque sí, ni que quiera que el Distrito se embarque en una obra que cuesta muchísimo más que la que propone el alcalde, si no estuviese segura de que esa es la manera de enfrentar el problema ahora y que seguirá sirviendo durante décadas. De igual manera la mayoría de la ingeniería local cree que las válvulas pico de pato no funcionan aquí, entre otras cosas porque ya se usaron en varios lugares de la ciudad y fracasaron con la primera bolsa plástica que se les atravesó, impidiendo que las válvulas se cerraran.

Valdría la pena que el alcalde no se obstine y que él, el Concejo y los gremios le expusieran al Gobierno nacional el problema, especialmente al vicepresidente Vargas, a ver si entre todos logran una solución que sirva, en vez de apenas maquillar el peatonal sin enfrentar a fondo las inundaciones de hoy y de mañana.

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