Editorial


Una reingeniería para el Datt

EL UNIVERSAL

17 de agosto de 2017 12:00 AM

El Datt es una entidad que no goza de buena reputación en la ciudad porque es considerada ineficiente, ya que se le endilga no ser capaz de solucionar el caos del tráfico urbano, ni de poner orden a la indisciplina de los conductores de la ciudad, la mayoría de los cuales parecería necesitar un agente permanente las 24 horas del día para evitar que cometa infracciones.

Aunque es cierto que los vehículos de servicio público son los responsables de la mayor cantidad de infracciones, muchos conductores particulares los acompañan en la intensidad de sus abusos contra las normas. Los taxis, de los cuales hay cada día más en las calles para servir a una cantidad de pasajeros que no crece tanto como la población de estos vehículos, son de los peores infractores, especialmente la creciente mayoría que funge como vehículo colectivo, parando con frecuencia y en cualquier parte.

Ahora, para sumarle a los problemas del Datt, un presunto hecho de corrupción de dos agentes suyos, quienes le habrían pedido 150 dólares a dos turistas holandeses para dejarlos entrar a Playa Blanca, en Barú, puso en la picota pública a sus agentes de tránsito, que ya tenían alguna reputación en ese sentido, y por supuesto, a la entidad.

La realidad del Datt, sin pretender ignorar los serios problemas anteriores, es que no está diseñada para resolver los problemas de movilidad de Cartagena. Solo tiene 163 agentes, quienes se dividen en tres turnos durante las 24 horas. Es decir, solo hay 54 agentes de tránsito al tiempo para cuidar la movilidad de toda Cartagena, lo cual es una cantidad ridícula. Y durante el fin de semana la cosa es peor: descansa el 50% de los agentes, y los restantes 82 se distribuyen en tres turnos, lo que quiere decir que en cada turno hay apenas 27 agentes cubriendo toda la ciudad.

¿Y por qué no contrata más agentes? Porque el Datt es autosostenible y debe pagar su nómina con las multas que recauda, que no dan para crecer más. Y a todo lo anterior se le suma un problema de espacio: Cartagena tiene 450 mil metros cuadrados de espacio transitable, según el Datt, y Transcaribe ocupa 112 mil de estos, dejando solo 338 mil metros cuadrados para los demás vehículos de Cartagena.

El Datt necesita existir solo para solucionar los problemas de movilidad de Cartagena y debería ser rediseñado para ese solo propósito, y no para satisfacer el apetito burocrático de los distintos poderes políticos. Mientras eso no cambie, habrá unos directores mejores que otros, pero ninguno, por activo y bien intencionado que sea, podrá meter el tránsito local en cintura.

 


 

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