El sector lácteo global enfila baterías para un año de bonanza y reacomodos. Las previsiones de precios, una demanda extraordinaria y la capacidad de producción, determinarán el remezón entre los grandes competidores y la tajada de las economías emergentes. Ya los industrializados llegan a su tope de excedentes. Ahí están Argentina, Brasil, Uruguay o Chile. La paradoja es para Colombia. Aunque podría jugar en estas ligas, tendrá que privarse. Las perspectivas del negocio lácteo nacional se enfrían y sólo una política de choque podría impedir su colapso.
Afuera las condiciones están dadas. Es un mercado que produce 710 millones de toneladas y mueve más de U$3 billones al año. En los próximos 8 años, los precios de los lácteos subirán en promedio entre 16% y 45%. La recuperación de las cotizaciones se ha sostenido desde septiembre de 2010. El indicador de la FAO reporta incrementos de 10% en los precios reales a enero de 2011 y la USDA habla de alzas de 11,4% en los últimos días. Este año la tonelada de lácteos podría transarse entre US$3.500 y US$4.500.
Varios factores juegan en este escenario. China se convertirá en el gran importador de leche entera en polvo, con más de 400.000 toneladas. Casi ha triplicado sus compras en los últimos dos años. Una producción interna modesta derivada de la crisis de la melamina, mejores ingresos, una especie de “baby boom” y las campañas gubernamentales, la llevarán al primer lugar. Hoy sólo 23% de los chinos consume leche y su consumo per cápita es de 25 kg/año en promedio, cuando en las naciones industrializadas llega a 200.
A la demanda de China se sumará la de Rusia, que en 2010 incrementó un 25% sus compras. Es un comportamiento que continuará para 2011, a la par de las economías petroleras. Con lo cual, la leche está de moda y en Europa este era el tema de debate a principios de este año, pero desde el otro ángulo: la oferta. Sus inventarios bajos y la apreciación del euro frente al dólar, podrían comprometer sus posibilidades. Los problemas climáticos en Australia, Nueva Zelanda, Rusia y la desconfianza en China, suponen problemas de abastecimiento.
Mientras afuera el mercado lácteo podría dar una vuelta completa, en Colombia más de 1,1 millones de hectáreas se inundaron, 116 mil reses murieron y 1,4 millones tuvieron que desplazarse. La pérdida de ganado, significó una caída en la producción de 15% frente a 2009. Hoy la disminución de forrajes es uno de los problemas mayores para los productores, que empeora con las heladas, las dificultades para comercializar, el daño en las tierras, los recursos escasos para la reactivación y los costos de producción.
No ayudan los desacuerdos para fijar el sistema que regirá el pago al productor de leche. De entrar en vigencia la Resolución 012/07, el incremento sería de un 1% irrisorio por litro, cuando en las góndolas de los supermercados, nacionales e internacionales, el asunto es a otro precio. En contrapartida, los parámetros de calidad exigidos al ganadero se ajustan al alza, por fuera de la realidad del país.
En otras palabras, Colombia tendrá que dejar pasar los buenos tiempos. Mientras afuera la leche hierve, aquí se congela y el apoyo gubernamental en esta crisis es insuficiente.
*Presidente Ejecutivo de FEDEGÁN
jflafaurie@yahoo.com
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