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Testigos de la Pascua

La Semana Santa llegó a su punto más elevado, hoy, cuando María Magdalena visitó la tumba vacía. Ella, la que mucho amó y a quien mucho se le perdonó; a quien el amor la llevó a recrearlo todo hasta lograr que la muerte sea vencida para siempre. Dos lecciones nos deja esta discípula de Jesús: los que entran en el amor jamás morirán; y la fuerza del testimonio depende de la calidad de los testigos. Ella es una testigo de excepción.
Mirando este testimonio meditemos sobre el Evangelio de la Vida. Cartagena ha de tener como afán y preocupación encontrar cómo poner la vida por delante. ¡Primero la vida! Era el grito de los jóvenes subiendo a La Popa el sábado santo en la mañana. Este clamor es una invitación a retomar el Evangelio de la vida. Ya lo dijo el señor Arzobispo en la misa Crismal: “nos preocupan profundamente los elevados índices de criminalidad y el modo como se desprecia la vida en Cartagena. Nos dicen que disminuyen, pero las noticias de la prensa a diario nos sorprenden”. Ser testigos del resucitado nos exige empeñarnos para que se haga vida el Evangelio de la vida: “Yo he venido para que ustedes tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn.10, 10).
El fruto de la pascua es promover decididamente una cultura de la vida. Hoy son innumerables los retos que debemos enfrentar sin temor: homicidios frecuentes, legalización del aborto, la eutanasia, el suicidio, las nuevas formas de esclavitud, la prostitución infantil, las condiciones ignominiosas de trabajo de hombres y mujeres y la corrupción reinante, que mata más que la violencia social que padecemos. La Constitución Política establece en el artículo 11 que la vida es un derecho inviolable y que en Colombia no habrá pena de muerte. Sin embargo lo que vemos hoy y lo que pretenden algunos congresistas  es una fotografía de aquello que el Papa Juan Pablo II calificó como “un eclipse del valor de la vida”. La  vida humana no puede entenderse plenamente sino en la medida en que nos hacemos conscientes de que en su origen, desarrollo y meta, se encuentra Dios como su único dueño y Señor.
La pascua del resucitado nos muestra un futuro deseable para construir entre todos proclamando, sirviendo y celebrando el Evangelio de la Vida, es decir, la buena noticia de Cristo Resucitado que nos comunica su victoria sobre el mal y nos abre el camino para llegar a resucitar con Él.
Tanto en Cartagena como en Colombia, tenemos hombres y mujeres que trabajan con decisión y mística; organizaciones sin ánimo de lucro que atienden centros de educación, de apoyo y de ayuda, de protección del ambiente, gente buena que trabaja por los Derechos Humanos. Merecen nuestro reconocimiento y estímulo porque están convencidos de que la vida es un bien grande y el mayor regalo de Dios.
Gritemos juntos, con mayor fuerza y mayor decisión, que en el derecho a la vida se fundamentan la convivencia humana y la misma comunidad política.
Felices pascuas para todos. 

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