Política


Cuba, EE. UU y Venezuela en el epicentro de la cumbre de las Américas

COLPRENSA

08 de abril de 2015 09:58 PM

La VII Cumbre de Las Américas que comenzará el próximo 10 de abril en Panamá estará signada por la posible reunión entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, y la reciente orden ejecutiva de Washignton contra Venezuela.

El segmento presidencial de la magna cita, que tiene por le­ma "Prosperidad con equidad: los de­safíos de la cooperación en las Amé­ricas", se desarrollará durante dos días y contará con la presencia de los 35 mandatarios de la región o sus más altos representantes.

La agenda central incluye debates acerca de salud, educación, medioambiente, energía, seguridad, migración, gobernabilidad democrática y participación ciudadana.

Las mayores expectativas, sin embargo, están centradas en la eventual reunión que pudieran sostener Obama y Castro, la cual sería la primera en más de medio siglo entre gobernantes de ambas naciones.

Esta será la primera participación de Cuba en estas cumbres que reúnen a todos los países del continente y que se celebran desde 1994 bajo el patrocinio de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El país caribeño fue excluido de ese organismo en 1962 por iniciativa de Estados Unidos, después de que el ex presidente Fidel Castro declarara el carácter socialista de la revolución que triunfó en enero de 1959.

La OEA levantó la sanción a Cuba en 2009, pero la isla ha rechazado en varias ocasiones retornar al foro por considerarlo un "instrumento de dominación" de Washington en la región.

Durante la VI Cumbre de las Américas celebrada en Colombia en 2012, varios países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) amenazaron con boicotear el siguiente encuentro si no asistía Cuba.

Medios y politólogos comentan sobre la posibilidad del hipotético encuentro entre Castro y Obama a raíz del proceso de acercamiento que desarrollan La Habana y Washington tras la histórica decisión anunciada el pasado 17 de diciembre por los dos estadistas de reanudar los vínculos diplomáticos rotos por Estados Unidos en 1961.

Cuando se dio a conocer el acuerdo de abrir un nuevo capítulo entre ambas naciones, Castro dijo en una comparecencia especial en la televisión nacional que esto fue resultado de un diálogo "al más alto nivel" que incluyó una conversación telefónica con Obama.

El mandatario cubano, de 83 años, admitió que se pudo avanzar en la solución de algunos "temas de interés" para ambas naciones y propuso a Washington adoptar "medidas mutuas" para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre ambos países.

Al reconocer que La Habana y Washington tienen "profundas" diferencias, fundamentalmente en materia de soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política exterior, reafirmó la voluntad de la isla a "dialogar sobre todos estos temas".

Raúl Castro asumió la presidencia en 2006 y desde entonces ha instado en varias ocasiones a la Casa Blanca a sentarse a la mesa y sostener un diálogo respetuoso basado en igualdad soberana para tratar los más diversos temas.

En diciembre de 2013, en medio de los contactos secretos entre representantes de Cuba y Estados Unidos, Castro y Obama coincidieron en el funeral del ex presidente sudafricano Nelson Mandela, y se dieron un breve apretón de manos en público que tuvo gran repercusión mundial.

Desde el histórico anuncio hasta la fecha, las dos naciones han mantenido tres rondas de conversaciones para la reanudación de los vínculos y la apertura de embajadas, además de contactos para debatir asuntos referidos al controversial tema de los derechos humanos y también sobre las comunicaciones, las tecnologías de la información, las áreas marinas protegidas y las cartas náuticas, entre otras cuestiones.

Castro ha advertido, sin embargo, que se ha dado "un paso importante, pero queda por resolver lo esencial, que es el cese del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba".

También ha señalado que Cuba "no renunciará" a sus ideales de independencia y justicia social, "ni claudicará" en uno solo de sus principios.

Otro asunto que centrará el interés de la Cumbre es la nueva polémica entre Estados Unidos y Venezuela a partir de la orden ejecutiva emitida por Obama el pasado 9 de marzo que declara a Venezuela como una "amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional" del país norteño, categoría que ha sido utilizada antes por la Casa Blanca para agredir e incluso invadir a otras naciones.

La decisión de Obama generó una ola de indignación mundial y sobre todo en el hemisferio y varios gobiernos del área adelantaron que expresarán su rechazo durante la reunión presidencial.

Cuba, en particular, calificó la declaración de "arbitraria" y "agresiva", además de "poco creíble", y dio "incondicional apoyo" a Venezuela y a su presidente Nicolás Maduro.

"Así como Cuba nunca estuvo sola, Venezuela tampoco lo estará", sentenció una declaración del gobierno cubano.

Tras la celebración de la primera ronda de diálogo La Habana-Washington en enero último, Raúl Castro dijo que Cuba y Estados Unidos deben "aprender el arte de la convivencia civilizada basado en el respeto a las diferencias entre ambos gobiernos en la cooperación en temas de interés común".

Esas palabras parecen ser válidas también en la política de Estados Unidos hacia Venezuela y bien pudieran regir las conversaciones en la Cumbre de las Américas en Panamá. 

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