Política


"Es mejor el riesgo en la paz que en la guerra": Conde Orellana

ERNESTO TABORDA HERRERA

26 de septiembre de 2016 12:00 AM

La delegación de Guatemala en Cartagena, que asiste a la firma del acuerdo entre las Farc y el Gobierno de Juan Manuel Santos, estará integrada por su presidente Jimmy Morales; el canciller Carlos Raúl Morales; el presidente del Congreso Mario Taracena; y el diputado y presidente de la Comisión de apoyo técnico del Congreso, Manuel Conde Orellana.

El Universal conversó con Conde, una de las personas más versadas en procesos de paz en la región; y sobre todo un guatemalteco bastante ligado a los procesos de paz en Colombia. Conoce a la perfección el proceso de paz que se gestó hace 20 años en Guatemala y de los acontecimientos que han sucedido en el posconflicto de ese país.

En 1996 Augusto Ramírez Ocampo lo llamó para analizar salidas al conflicto colombiano. De inmediato se conectó a los problemas de cada una de las regiones de país, como el departamento de Bolívar.

No estuvo estrictamente en el escenario de negociación, pero sí fue interlocutor con el ejército, la academia, sectores políticos, sociales y con algunos grupos cercanos a las Farc que pasaron por Centroamérica.

Para el diputado Conde Orellana, cuyo padre fue asesinado por un militar y su abuelo por la guerrilla, ambos congresistas, el sostenimiento de un proceso de paz no es fácil.

“Mis aportes al proceso de paz en Colombia son los muchos aciertos que tuvimos en Centroamérica pero también nuestros errores porque sí se cometieron en Guatemala”, dice Conde.

“Estos procesos de paz son dirigido por seres humanos que no son infalibles ni perfectos. La paz hay que buscarla y construirla, la paz nuestra no tiene una receta , no tiene un molde. Habrá diversidad de opiniones alrededor de la paz, una mujer podrá querer salud y educación para sus hijos, y un hombre vías de comunicación para sus productos, cada uno querrá un clima de estabilidad y tranquilidad personal pero más allá de eso, hay expectativa no solo de sobrevivir si no de vivir con dignidad, y eso hace muy complejo cualquier proceso de este tipo”, agrega.

Memoria de Guatemala

Conde rememora que :“En Guatemala entramos a negociación desde el 22 de abril de 1991 al 29 de diciembre de 1996, de un lado  el Gobierno  con varios presidentes como Jorge Serrano y Álvaro Arzú que es quien firmó el acuerdo de paz firme y duradera con la alta dirigencia guerrillera integrada por cuatro organizaciones   en una unidad nacional revolucionaria guatemalteca, conformada por las Fuerzas Armadas Rebeldes FAR, FP Ejercito de los Pobres, Partido Guatemalteco del trabajo PGT  y Orpa, la Organización del Pueblo en Armas”.

“Desde el primer acuerdo organizamos un temario principal que tenía 10 puntos, muy similar al de Colombia, con democratización, identidad y derecho de pueblos indígenas, situación agraria, desarrollo económico, y temas operativos como la situación de desplazamiento interno, mecanismos para el definitivo cese al fuego, desmovilización de los grupos guerrilleros que es a lo que Colombia va”, explica.

Lo que le gusta y lo que  no
El diputado habló de lo le gusta del proceso en Colombia y lo que no.  “Me gusta que los acuerdos son una base de lo que hay que hacer o construir. El acuerdo de Colombia tiene que verse como punto de partida, no de llegada; también que las visiones tanto del Presidente como de la mesa de negociación de las Farc me parece que fueron responsables al establecer en sus acuerdos ese punto de partida, eso que hay que alcanzar”.

Otra cosa que le gustó fue la agenda básica de negociación de 6 puntos. “Eso permite hacer acuerdos con espíritu general, no tan específico, porque la especificidad la conocen los colombianos que están en el agro, en la industria, en la educación, en la convivencia”.

“Dudas. Claro que las hay,  por ejemplo sobre la justicia transicional, cómo será ese  proceso. Colombia optó por un modelo más cercano a los modelos de Sudáfrica que a los modelos centroamericano. Esto genera dudas: justicia transicional para quiénes, en manos de quiénes, y hacia dónde, estas son dudas generales. No me gusta que siempre hay un riesgo, pero es mejor correr un riesgo en la paz que seguir corriendo riesgos en la guerra; y la decisión correcta es la que está tomando Colombia y la actitud que está tomando las  Farc”.

Proceso de desarme.
El consultor de paz dice que el proceso de Guatemala duró 11 meses. “La entrega de armas fue más rápida, un mes. Luego empezó un proceso de identificación de personas, de incorporación de estas personas a programas y luego la desmovilización. Es importante no prolongar el período de concentración en las zonas ya sea armada o desarmada. La recomendación es no prolongar ese proceso, porque primero se tiene que cumplir con los tiempos, esto en Guatemala llevó de 6 a 8 meses”.
Explicó que muchos guerrilleros, en calidad de representantes de fundaciones u organizaciones optaron por solicitar haciendas para cultivos pero esos procesos fracasaron. Explicó que el agro es fuerte en su país pero de la mano de la empresa privada. Mientras que a los subversivos les fue bien en la vida civil en las ciudades.

Perfil
Manuel Conde es abogado, con especialización en Derecho Constitucional y resolución creativa de conflictos, fue Ministro de Presidencia;  vocero presidencial, Diputado del Parlamento Centroamericano y del Congreso de Guatemala. Ha sido maestro universitario y consultor internacional en temas de paz.
 

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