Durante la recta final para la segunda vuelta Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, tocaron puertas en aras de ganar terreno en los comicios del 15 de junio, tejiendo estrategias en las que además de acuerdos programáticos se pactó entre líneas la participación política que tendrán los partidos en el próximo cuatrienio.
Así las cosas, el próximo 7 de agosto se posesionará el Presidente de la República y con él 13 ministros de su entera confianza que deberán diseñar y ejecutar las políticas que integran el Plan de Gobierno de quien resulte vencedor en las urnas.
Según el director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, Iván Garzón, una de las críticas más recurrentes es la poca participación regional de los ministros, por lo que el equipo del Gobierno entrante deberá no solo trabajar “fuera del escritorio”, sino además tener “cierta renovación para que se termine la línea de políticos tradicionales”.
De otro lado, el analista político John Mario González asegura que deberán cumplir con características como el conocimiento técnico de su cartera, una reconocida trayectoria y sobre todo la capacidad del diálogo político con todos los sectores del país.
“Es sabido que hay ministros bienintencionados pero que lamentablemente no tienen capacidad de diálogo ni de administración, lo que resulta ser negativo para un funcionario al tener poca conexión con el pueblo e incluso dentro del mismo sector político”, afirmó González.
Aun así, explica que los nuevos ministros estarán condicionados por los compromisos políticos que adquirieron Zuluaga y Santos en las últimas semanas.
“Si el Centro Democrático gana, indudablemente el Partido Conservador tendrá una participación importante en el próximo Gobierno, así como el Partido Liberal en una eventual reelección”, indicó el analista.
Por otra parte, para el especialista en ciencias políticas y opinión pública Carlos Ruiz más allá del perfil del gabinete deben analizarse los cambios radicales que habrá en la administración tras la elección presidencial.
“Seguramente si llega a ganar el uribismo se cambiarán todas las fichas para sacar todo lo que huela a Santos”, dijo, y agregó que lo que sí está claro es que “el país se encuentra en la misma situación que en los años 50's, eligiendo entre dos candidatos totalmente opuestos y de raíces conservadoras o liberales”.
Lo que no estará en juego, según Ruiz, es la manera en la que se están llevando las riendas del país en materia económica, ya que las propuestas del Plan de Gobierno de Santos y Zuluaga se diferencian en pocos aspectos, entre ellos la visión sobre la paz y la seguridad ciudadana.
Los expertos coinciden en que si hay una reelección, además de la representación del liberalismo, se abrirán espacios para los líderes de izquierda que respaldaron la candidatura, en temas que conciernen al proceso de paz que adelantan el Gobierno y las Farc en La Habana, Cuba.
“Puede haber un acuerdo para que, por ejemplo, Gustavo Petro o alguno de su línea política termine la alcaldía de Bogotá, o que la izquierda tenga representación en temas de paz, que finalmente es la razón por la cual se adhirieron a Santos”, señaló Ruiz.
Ante este panorama lo único cierto es que la expectativa por lo que representa la decisión de los colombianos será más grande que en primera vuelta, pues dependerá de las recientes alianzas políticas inclinar la balanza a favor del que será el nuevo presidente de la República.
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