Definir primero quién tiene las competencias sobre el corregimiento de La Boquilla, si la Capitanía de Puerto, entidad que la reclamó como área de su competencia, o si es el Distrito, es el primer paso que hay que dar para abrir camino a un plan parcial especial para esta zona de la ciudad.
Esa fue la petición que hizo el concejal David Dáger, tras un extenso debate que se llevó a cabo en el Concejo para abordar diversas problemáticas que padecen las comunidades raizales que habitan la población, que se alza en el corazón de la Zona Norte.
En el debate estuvieron diversos actores, nativos, empresarios y dolientes del sector que se vieron las caras con funcionarios del Distrito. Uno a uno los secretarios de salud, Martha Rodríguez; educación, Clara Inés Sagre; alcalde local, Rodrigo Reyes; Corvivienda, María Elena Vélez, entre otros representantes de las autoridades. También, el comandante de Policia Metropolitana Jorge Luis Ramírez Aragón, representantes de los hoteleros y de fundaciones como Proboquilla, entre otros.
Múltiples problemas
Aunque todos los funcionarios dijeron cumplir con su presencia en la zona a través de la prestación de los servicios de salud, educativos, públicos, vivienda y seguridad; el rosario de quejas por parte de los habitantes no se hizo esperar.
Denuncian que hay un abandono total por parte de la administración distrital. Simón Casanova y otros líderes reconocidos de La Boquilla, denunciaron el incremento de drogadicción en niños, prostitución infantil, hacinamiento en hogares, analfabetismo, inseguridad, presencia de escuelas ocultas de sicariato, falta de vías y cobertura en servicios públicos, vivienda entre otros.
Los líderes desvirtuaron los informes de los funcionarios del Dadis, Corvivienda y Secretaría de Educación, a los que reclamaron más apoyo para la zona. Pidieron a la Policía Metropolitana más presencia en el sector debido a que hay un aumento de ollas de bazuco y otras drogas; o que nunca contestan o acuden los pocos agentes del orden a los llamados de la comunidad.
Exigieron un plan de vivienda ya que Corvivienda no ha diseñado una estrategia para La Boquilla, en donde el impacto ambiental por invasiones de familias que no tienen dónde vivir es ya un problema evidente.
Los habitantes señalan que existen 2,5 hectáreas de mangle invadidas. “La inversión que ha hecho el Distrito en La Boquilla da es tristeza; no existe un censo por parte Corvivienda, no hay zonas donde meter a la gente; lo que estamos pidiendo es el concurso de todos lo actores para adelantar un desarrollo sostenible para esta zona”, expresó el concejal Dáger. Representantes de Proboquilla, Cotelco, los hoteles Sonesta y Hollyday Inn, se mostraron dispuestos a seguir trabajando por La Boquilla.
Por su parte el concejal David Múnera consideró que no debe verse a La Boquilla pensando siempre en los negocios. “Todo el mundo piensa en grande clubes, hoteles, en una zona cuyos indices muestran un 46 % de pobreza extrema y un 22% de indigencia”.
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