Para defender su derecho a la movilización social e invitar a cabildantes y ciudadanos a la “Marcha de la Independencia y las Diversidades”, activistas de la comunidad LGBTI llegaron ayer en la mañana a las instalaciones del Concejo distrital.
La visita se programó luego de la polémica que generó el concejal Antonio Salim Guerra al solicitar a la Alcaldía que la marcha programada para el 12 de noviembre, en la avenida El Pedregal, se realice en un sitio privado. Según él, esa movilización afecta “el normal desarrollo sexual de los menores de edad”.
Giselle Góngora Ramos, reina de la diversidad 2016-2017, dijo que Guerra “es un ciudadano que tiene una perspectiva diferente de lo que nosotros somos y queremos cambiar esa ideología, cambiar esos pensamientos. Decirle que no somos hombres con peluca, que creamos arte, expresamos alegría y somos formadores de una mejor ciudad”.
Destacó que “queremos iniciar una conciliación afectiva y lograr que ellos (concejales) se vinculen a la octava marcha de la independencia y diversidad con un lema muy hermoso, que es Cartagena se transviste de colores”.
Tania Duarte Díaz, promotora de los derechos LGBTI afro y activista de Caribe Afirmativo, dijo que el concejal del partido Cambio Radical no debería oponerse a la marcha de la diversidad alegando que contribuye a la erotización temprana, puesto que actos de ese tipo predominan en las Fiestas de la Independencia.
“Salen mujeres desnudas y hombres sin camiseta, pero nosotros tenemos un enfoque claro. Ese es un encuentro entre adultos, personas con gran raciocinio que ya deben saber a qué tipo de espacio van y si ahí están los niños eso es responsabilidad de los padres, del tipo de educación que se les da y cómo los van adecuando respecto a las diferencias sexuales dentro de la ciudad”.
Respecto a las afectaciones que causaría la marcha en los menores de edad, otro activista de la población LGBTI, Alfonso Marrugo De Luque, recalcó que “son los papás los que tienen que educar a los niños, decirles ‘este no es un disfraz, es una persona que se siente una mujer y que ha sufrido para eso’. (...) El Estado tiene que ser el garante de la educación en todo lo que es el enfoque de género”.
“No es una ideología -añadió-, porque aquí no se están imponiendo ideologías sino enfoques donde se conozca que hay personas que nacen como hombres y desde que tienen cinco, seis años, no se quieren asumir como tal. ¿Qué pasa detrás de eso? Prohibirlo, excluirlo, segregarlo o lo que crean, baja el autoestima, genera una condición disfuncional e intentos de suicidio”.
GUERRA NO DESISTE
Pese a escuchar los alegatos de los activistas LGBTI, el concejal insistió en que lo ideal para proteger a la niñez es que la marcha de esa población se realice en un sitio privado.
“No se trata de ir en contra de los derechos fundamentales de ustedes porque como concejal respeto esos derechos, el libre desarrollo de la personalidad, la libre expresión; pero entiendan por favor que hay unos derechos que están por encima de los derechos de ustedes, que son los derechos de los niños, y mientras ese derechos existan personalmente voy a seguir oponiéndome a que ese desfile de la diversidad sexual sea en un lugar público”.
Señaló que no ha recibido respuesta oficial de la Alcaldía en relación a su solicitud de realizar el evento en un sitio privado, donde solo asistan los mayores de edad interesados, por tanto radicaría una tutela contra el Instituto de Patrimonio y Cultura (IPCC).
“A través de esa acción le solicito al Gobierno local que proteja los derechos de los niños que se van a ver vulnerados si se realiza en lugar público. Esos son los derechos a crecer y desarrollarse en un ambiente sano, que debe propender la familia, la sociedad y el Estado. Si la familia no se responsabiliza de proteger esos derechos le corresponde al Estado hacerlo. El garante de los derechos de los niños en este caso debería ser el Gobierno distrital o el Concejo de Cartagena. No es un tema particular como concejal sino un tema que está en la ley”.
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