Germán Vargas Lleras llegó pisando duro. Desde que firmó su acuerdo con el presidente Juan Manuel Santos para ser su fórmula vicepresidencial, las cosas quedaron claras: no iba a ser un convidado de piedra en el Ejecutivo.
La tarea se trazó desde el mismo momento de la posesión el 7 de agosto, cuando el presidente Santos le dijo: “Manos a la obra”.
Y no es para menos, ahora Vargas Lleras tiene bajo su responsabilidad la mayor parte de los proyectos de infraestructura del actual Gobierno, por lo que algunos sectores ya lo califican como el ‘Vice’ con súperpoderes.
De hecho, el actual Vicepresidente ya asumió el trabajo de participar en la Comisión de Proyectos Estratégicos, la coordinación de planes de vivienda y agua potable; los temas ambientales sobre todo en lo que tiene que ver con las consultas previas que se hacen en las regiones para saber el concepto de las comunidades sobre las explotaciones mineras.
Pero su tarea no termina ahí. También está pendiente de los proyectos de navegabilidad fluvial en los ríos Magdalena y Meta; el plan de vías férreas, aeropuertos y puertos y la construcción de carreteras de cuarta generación, a las que se suman las vías secundarias y terciarias.
Su labor la trabaja de manera coordinada con los ministros que tienen que ver con estos aspectos, pero principalmente con el titular de la cartera de Hacienda, Mauricio Cárdenas, con quien determina de dónde saldrán los recursos para los proyectos.
Estas labores no son ajenas a Vargas Lleras, ya que los analistas reconocen en su persona a un ejecutor neto, que tiene alma de ejecutivo y que conoce muy bien lo que hace.
El exmagistrado Eduardo Cifuentes no le extraña el protagonismo del Vicepresidente, ya que argumenta que “eso se habló desde el comienzo y el mismo Presidente dijo que le entregaba estas responsabilidades por su capacidad ejecutiva”.
Explica que lo que busca el Jefe de Estado con esta decisión es que haya resultados tangibles, esos que no fueron visibles en el primer gobierno de Santos.
Entre tanto, el senador de Cambio Radical (partido de Vargas Lleras), Carlos Fernando Motoa, dice que no encuentra ningún “inconveniente que el Vicepresidente tenga estos grandes poderes”, debido a que tiene claro que “es sabido que Vargas asume responsabilidades y las ejerce, eso lo ha demostrado en su paso por los ministerios del Interior y Vivienda, donde obtuvo buenos resultados”.
Y no es para menos, cuando fue Ministro del Interior, logró sacar adelante los principales proyectos de ley y de reforma constitucional que el Gobierno radicó en el Congreso; mientras que como titular de la cartera de Vivienda impulsó y emprendió el programa de las 100.000 casas gratis para las clases menos favorecidas.
Pero hay miradas desde otros ángulos, como la que dio el exministro Rafael Nieto, quien observa que “es un Vicepresidente con funciones que otros, que han pasado por ese cargo, no han tenido”.
Recuerda que “esto no es nuevo ni de extrañar, porque fue un acuerdo que se hizo público en su momento”.
Mientras tanto, el analista Ancízar Marroquín anota que “el Vicepresidente pidió estas funciones y el Presidente se las otorgó por el éxito que ha mostrado en gestión pública, sobre todo en temas coyunturales que deberá sacar adelante”.
LOS RÉDITOS POLÍTICOS
Otro elemento que identifican los analistas es que es claro que Vargas Lleras quiere llegar a la Presidencia y esta depende de los resultados que pueda mostrar en su gestión.
Si bien reconocen que no va a terminar por eclipsar al presidente Santos, observan que es evidente que si logra buenos resultados podrá obtener el favor ciudadano y cumplir su meta de ser Jefe de Estado, situación que podría afectar en el futuro su relación con el Mandatario.
Sobre esto, el exmagistrado Cifuentes anota que “el alejamiento del Presidente del trabajo directo que debe ejercer y que le exige la Constitución puede ser preocupante, porque todo podría canalizarse en la figura del Vicepresidente” y aclara: “Puede ser peligroso, sobre todo en un régimen presidencialista como el nuestro”.
Refuerza esta tesis el analista Fernando Giraldo, quien cree que Vargas Lleras está corriendo un alto riesgo político por su sobreexposición.
“Las funciones que cumple Vargas Lleras lo tienen sobreexpuesto y eso le puede determinar un desgaste político”, dice Giraldo, quien apunta que “la situación de subordinación de algunos ministros puede generar discrepancias y con uno solo de ellos que lo recrimine lo podría desgastar aún más máxime si tiene intenciones presidenciales. Ese es el riesgo”.
A su turno, el catedrático John Mario González reconoce que existe un riesgo adicional. “Si las cosas no salen bien y se presentan roces políticos con los partidos de la Unidad Nacional podría determinar, en el mediano plazo, un desencuentro político con Santos”. Sin embargo, aclara que “si la paz funciona Santos se lleva los réditos políticos, pero si fracasa Vargas podría tomar una distancia e incluso se apartaría de Santos”.
Mientras tanto, el exministro Nieto anota que es indiscutible que Vargas “busca réditos políticos y si él es efectivo tomará fuerza política”.
Marroquín, por su parte, asegura que la fuerza política radica precisamente porque se rompió “el modelo paquidérmico del Estado en el que la infraestructura está retrasada por la ausencia de gestión efectiva”.
Por ello, advierte que “hoy está en juego su futuro político, máxime cuando en la campaña tuvo mejor aceptación que el candidato Santos, por lo que hoy tiene que demostrar ese liderazgo y que merece ser el Presidente de Colombia”.
EL MODELO BLAIR
En el segundo tiempo del mandato del presidente Juan Manuel Santos, los analistas han identificado que el Jefe de Estado adoptó el modelo del exprimer ministro británico Tony Blair para hacer efectiva en Colombia la Tercera Vía.
Según explican, el modelo que se aplica es para buscar una mejor coordinación del Estado con el fin de sacar adelante ese contenido programático social que promueve la Tercera Vía que se ha aplicado en Europa.
Es por eso que, con miras a mejorar la coordinación, Santos nombra un súperministro de la Presidencia y tres ministros consejeros: en posconflicto, de Gobierno y de Comunicaciones.
Según el analista, Fernando Giraldo, “este es un modelo que conoció el Presidente cuando estuvo en Londres cuando descubrió que se trataba de un sistema desde la perspectiva más moderada del capitalismo que atenúa el neoliberalismo”.
El profesor Mauricio Jaramillo explica que lo que pretende el Presidente es “juntar los sectores moderados de todos los partidos y la Tercera Vía es la respuesta al consenso que hasta ahora no ha podido conseguir”.
El analista Ancízar Marroquín anota que “creo que el Presidente no quiere ser el gran coordinador y por eso entrega responsabilidades al Vice y sus ministros, para dedicarse a acercarse más a la gente”.
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