“Cuando yo nací mi papá estaba en la cárcel, lo habían detenido por supuesto porte ilegal de armas, y pues no tuvo la oportunidad de verme nacer”, dice Nicolás Petro, el hijo mayor del alcalde de Bogotá Gustavo Petro.
En diálogo con El Universal, Petro hijo explica por qué está recorriendo la Costa Caribe para defender el proceso de paz que adelanta el Gobierno de Juan Manuel Santos y por qué los votos del Movimiento Progresistas, creado por su padre, serán para la campaña santista. Dice que se acostumbró de ir a un lado a otro con sus padre y madre “por causa de la guerra”, por eso defiende el proceso de paz porque aspira a que sus hijos, cuando los tenga, puedan vivir en un país en paz. “Mi padre fue parte activa en el proceso de paz entre el M19 y el Gobierno, por eso creemos que sí es posible lograr la paz”.
El joven abogado, de 27 años, estudia una maestría en medio ambiente, tiene una oficina de consultoría en Bogotá y reparte su tiempo en liderar el movimiento político creado por su papá y los principios del programa de gobierno de la Bogotá Humana, que según él, “deben convertirse en la Colombia Humana, la Costa Caribe Humana o la Cartagena Humana”.
Nicolás se levantó en Ciénaga de Oro a 30 minutos de Monteria, en Córdoba. Eso le llevó a conocer los horrores del paramilitarismo. Cuenta que toda su familia tuvo que viajar al exterior a un país lejano para protegerse de los enemigos.
Sin embargo él soportó en el país.
Acompañado de miembros de Progresistas en Cartagena, como Carlos Vargas y el joven abogado Antonio Martínez, Petro lidera el llamado Frente Amplio por la Paz, que integran corrientes de izquierda en Cartagena, Bolívar y la Costa.
Dice que ahora la mejor opción es Santos, a pesar de las diferencias, pero que será mejor que tener al uribismo en el poder, lo que considera la vuelta al Gobierno de la extrema derecha.
Vargas, líder de los Progresistas en Cartagena, explica que “la izquierda tiene que entender que debemos hacer alianzas con la diferencia (Santos), ya que estamos en un momentos histórico y debemos salvar un proceso de diálogo que conllevaría a desarmar una guerrilla con más de 50 años de existencia”.
“Estamos apostándole a un país de cambio en donde no tengan cabida el narcoparamilitarismo, ni del facismo y ni del totalitarismo representado en la campaña opositora a Santos”, expresó por su parte el joven abogado Antonio Martínez.
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