El pasado martes, luego de una reunión con el presidente de la República, Juan Manuel Santos, el exministro Germán Vargas Lleras nombró como miembros de la junta directiva de la Fundación Buen Gobierno a Juan Fernando Cristo (Partido Liberal) y a Plinio Olano (Partido de la U), estos nombramientos crearon ciertas distancias en los miembros de la Unidad Nacional.
Y no es para menos, algunos parlamentarios han dicho que son los directores de los partidos, miembros de la Unidad Nacional, los que debieron colocar las cabezas que los representarán en la fundación, pues este gesto lo vieron más como una decisión unilateral y no cono un consenso.
Las diferencias se han expresado desde el Congreso de la República. El congresista del Partido de la U, Roy Barreras, aseguró que “desde el partido no se ha autorizado ni nombrado a nadie para que haga parte de una ONG, ni parte de los Boy Scouts, ni de Greenpeace, ni de Buen Gobierno, su presencia allí no nos representa”. Esto en relación al nombramiento de Olano en la junta directiva.
A su turno, el senador Plinio Olano, respondió que su designación fue una invitación del exministro Germán Vargas Lleras y que no llegó allí como una representación de su colectividad. “No lo hago necesariamente representando a mi partido”, dijo.
Desde el liberalismo no hay ninguna oposición oficial, sin embargo, se conoció que algunos miembros de la colectividad no están muy contentos con la designación de Cristo en la mesa directiva.
Al respecto, el hoy presidente del Congreso, Juan Fernando Cristo, aseguró que hay que dejar de lado las diferencias porque “lo que menos nos conviene son las peleas, todos nosotros coincidimos en un propósito común manteniendo la autonomía y la independencia”.
El miedo de los partidos radica en que la fundación Buen Gobierno puede convertirse en una competencia electoral para los partidos, sin embargo, Germán Vargas Lleras y los miembros de la organización, han insistido en que el propósito no es ser un partido político, ni mucho menos ser una competencia electoral, sino más bien un enlace entre los partidos con un solo fin.
El representante Augusto Posada, quien fue nombrado coordinador regional de la fundación, aseguró que Buen Gobierno no es un partido político y no le interesa serlo, “a nosotros nos corresponde informar, fortalecer, recoger las ideas de los colombianos frente a lo que debe ser el Gobierno y cómo se vienen desarrollando los objetivos de la actual administración. La tarea no es reemplazar a los partidos”.
Y agregó que los actuales distanciamientos son normales y obedecen a la coyuntura, además hizo un llamado para que se dejen de lado las diferencias y que todas las colectividades trabajen en torno a las ideas que las aglutinaron en un principio.
“Estoy seguro que las diferencias se van a subsanar y que son solo unas pocas voces al interior de las colectividades las que se muestran inconformes porque la mayoría de los partidos, y lo digo por la U, estamos unidos al propósito común de defender y difundir las ideas de este gobierno”, puntualizó el congresista.
El representante del Partido Cambio Radical Germán Varón dijo que las molestias entre los miembros de los partidos son normales y vienen de sectores que no entienden de qué se trata la Unidad Nacional, “como lo dijo el mismo Germán (Vargas) él no tiene que pedir permiso para hacer su trabajo, se designaron personas que no volverán al Congreso”.
Y agregó que hay que terminar superando esas diferencias, siempre y cuando, tengan alguna relevancia circunstancial, “que en este caso no veo que la tengan”.
ES CUESTIÓN DE MERMELADA: EXPERTOS
Según algunos expertos consultados por COLPRENSA esta diferencia al interior de las colectividades no va a interferir con el propósito de reelección del presidente Juan Manuel Santos y aseguran que los partidos se están dando importancia para asegurar futuros cargos burocráticos.
Iván Garzón Vallejo, analista de ciencias políticas de la Universidad de la Sabana dijo que esta pelea era previsible pues “la Unidad Nacional está pegada con mermelada”.
Según el académico los nuevos nombramientos en la fundación Buen Gobierno son un mensaje del presidente para la clase política tradicional “diciéndoles que no los ha traicionado, sino que sigue con ellos”.
El profesor agrega que esta es una pelea sin trascendencia, que no llegará a mayores, “es una pelea de compadres, como en otras oportunidades las pataletas de la unidad nacional significan un mensaje al gobierno de: endúlcenos más y a cambio está el apoyo. Esto con miras a promesas para el 2014”.
Y agrega que los partidos quieren mantener una distancia formal con la fundación Buen Gobierno. “Las colectividades dicen: tenemos una representación que usted necesita y se la vamos a cobrar. Además el exministro Germán Vargas Lleras genera cierta resistencia en algunos sectores de los partidos políticos”.
Para Armando Estrada Villa las peleas son normales en las luchas de poder y agrega que “a los colombianos no pueden creernos tan ingenuos que vamos a aceptar que Buen Gobierno es un simple organismo académico. No, ese es un organismo político que impulsa la reelección. El presidente está en capacidad de armonizar todo lo que se presente en el futuro, hay una cuestión muy clara y es que la mermelada todo lo puede”.
Para Yann Basset, analista de Ciencias Políticas de la Universidad del Rosario, esta es una tensión normal en las democracias, por lo que las diferencias no afectarán el propósito de reelección del presidente Santos, “es imposible que los partidos, después de esta pelea, tomen la decisión de separarse de la reelección del mandatario, este impasse estoy seguro que se solucionará en el futuro.
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