El conocido dicho de que en Colombia ‘la política es dinámica’, cobra más vigencia ahora cuando el presidente Juan Manuel Santos fue reelegido para otros cuatro años.
Un fenómeno en ese sentido ya se había dado después de la primera vuelta, cuando distintos sectores diametralmente opuestos decidieron respaldar al Jefe de Estado por una sola razón: el proceso de paz.
Amplios sectores del Polo Democrático, la Unión Patriótica, la Marcha Patriótica, el Partido Verde, las centrales obreras y dirigentes políticos de las más variopintas tendencias se unieron en ese clamor que, finalmente, logró convencer a la mayoría de electores, sin que hubiese sido un triunfo contundente de la Unidad Nacional.
Ahora lo que viene para el reelegido Presidente de la República es enfrentar dos tipos de oposición política: una de derecha, que liderará el expresidente y senador electo Álvaro Uribe Vélez, y otra de izquierda que encarnan los senadores Iván Cepeda Castro y Jorge Enrique Robledo.
Esto demuestra que ‘la política es dinámica’ y que para algunos eventos, como los ajustes que requiere la negociación con las Farc, es posible que estén del mismo lado Uribe, Cepeda y Robledo.
EL NUEVO ROL DE URIBE
Aún no es muy claro el papel que jugará el expresidente Uribe, pues aunque ha reiterado públicamente que asumirá su curul en el Senado, hay circunstancias que harían pensar lo contrario.
Uribe como senador tendrá que enfrentarse a verdaderos pesos pesados de la izquierda, a los mismos que criticó con dureza cuando fue presidente de la República y a los que su Gobierno ‘chuzó’ a través del DAS.
Uribe también tendrá que soportar los insultos y agresiones verbales de las barras en las plenarias de Senado y Cámara que no desaprovecharán oportunidad para rechazar muchas de sus actuaciones como Jefe de Estado.
A esto se suma que, como senador, el juez natural de Uribe será la Corte Suprema de Justicia, la misma con la que como mandatario tuvo serios enfrentamientos que terminaron en un distanciamiento institucional histórico.
Tampoco se descarta que Uribe no se posesione, para asumir la dirección del movimiento Centro Democrático y desde allí trazar la hoja de ruta de oposición al Gobierno. Esa bancada, aunque no es mayoría en el Congreso, cuenta con 20 senadores y 19 representantes, y los casi siete millones de votos que obtuvo este domingo Óscar Iván Zuluaga.
“La oposición dependerá de cómo interprete el presidente Santos su reelección. Si acepta la oposición a sus políticas sociales y económicas, será una oposición constructiva. Pero,de no aceptarla, se puede ver afectado en su gobernabilidad”, considera el analista Juan Manuel Charry.
En opinión del experto, la bandera de este Gobierno, que ha sido el proceso de paz, debe unir a todo el país, incluyendo a la oposición de extrema derecha y de extrema izquierda. Para Charry, el triunfo de Santos “debe motivarlo a buscar un acuerdo nacional de paz”, para enrumbar el proceso y conseguir el apoyo de todos los sectores.
A su turno, el ex ministro Armando Estrada Villa coincide en que la oposición dependerá de la manera en que Santos interprete su triunfo electoral. “Si el Presidente es sensato, tendrá que entender que el proceso de paz dividió al país, y para unirlo debe limar las asperezas con todos los sectores”.
Estrada es de la opinión de que el proceso de paz, si bien está avanzado, “tendrá que recoger las inquietudes de esa media Colombia que reclama ajustes”.
¿GOBERNABILIDAD ASEGURADA?
Expertos consideran que la gobernabilidad del presidente Santos no está en riesgo, porque tiene las mayorías en el Congreso y además “tiene la ‘mermelada’ para estimularlas”, al decir del ex ministro del Interior.
En ese sentido explica que mientras el presidente Santos sí puede hacer nuevas coaliciones, “Uribe tiene muy poco margen de maniobra para hacerlas: difícilmente podría hacer coalición con el Polo, con los Verdes, con los Progresistas. Con ellos tiene diferencias insalvables”, sostiene.
Por su parte, el catedrático Charry advierte que con este triunfo “las fuerzas políticas cambiaron” y que, por lo mismo, Santos “debe recomponer la participación de los partidos políticos que lo apoyaron y la relación con todos los sectores políticos representados en el Congreso”.
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