Columna


Posibilidades y problemas de Cartagena

RICARDO CHICA AVELLA

24 de junio de 2009 12:00 AM

RICARDO CHICA AVELLA

24 de junio de 2009 12:00 AM

En columnas anteriores he señalado el contraste severo entre las posibilidades enormes que tiene Cartagena, como destino turístico global y polo logístico e industrial avanzado, y sus graves problemas: una ruptura social escandalosa que en lo económico está entre esos núcleos económicos avanzados y el grueso de la población que sobrevive en microempresas muy precarias o es expulsada a la informalidad y la marginalidad; y una actitud depredadora (en el manejo del suelo para el lucro privado) hacia el bien común, espacio público bello de los cartageneros, que ilustra lo que los economistas llaman la tragedia de lo común, en la cual el mercado falla como mecanismo de coordinación social y una demanda no restringida por el pago del valor social del recurso termina destruyendo el bien público en ausencia de acción colectiva. Me refiero hoy a dos posibilidades, la Ciénaga y la marina en el malecón de Getsemaní sobre la Bahía de las Ánimas, relacionadas con el uso del suelo y el espacio bello de los cartageneros; y a dos problemas, el déficit de vivienda para estratos sociales medio y bajo, y la ruptura entre los desarrollos turísticos de elite y el tejido microempresarial. Se trata de que, por una parte, la explotación urbanística de la Ciénaga pudiera contribuir a la solución de ese déficit; y por otra, la marina pudiera generar efectos multiplicadores en varias ramas de ese tejido. La competencia por el espacio aledaño al mar y a la bahía está disparando la renta de la tierra en forma muy costosa para los cartageneros, contribuyendo a la forma como ellos se ven desplazados de los estratos altos a los medios y de estos a los bajos por una demanda exógena que dispara los precios para compra y arriendo. Pero Cartagena tiene un activo inexplotado que podría ser objeto de un programa como el que se está adelantando en Barranquilla para abrir la ciudad al rio siguiendo los pasos de los Docks de Londres y Puerto Madero en Buenos Aires. ¿Pudiera abrir el desarrollo del margen de la Ciénaga una oferta del suelo que además de explotar su belleza aliviaría el problema de vivienda asequible, además del de movilidad que enfrentan quienes van a diario a sus trabajos por la avenida de barrios remotos al Centro? De nuevo si el problema se deja a la solución de mercado y no se acomete acción colectiva, el margen de la ciénaga terminara siendo explotado para el lucro privado sin contribuir al bienestar de los cartageneros. La marina constituye sin duda un uso infinitamente más racional que el que criticaba como ejemplo de depredación del espacio público: parqueo de automóviles. ¿No pudiera usarse este proyecto para establecer vínculos con sectores microempresariales de manera que en todos los aspectos de abastecimiento (alimentos, combustibles) y servicio (construcción, reparación y mantenimiento de los botes) se generara una demanda que fortaleciera microempresarios de sectores relacionados? Los actores sociales de la ciudad deberían presionar para que un proyecto de esta importancia para ella no se convirtiera en un mecanismo más de exclusión en materia tanto de informalidad y marginalidad, como de negación a los cartageneros del acceso a su espacio público bello (como el actual parqueadero cercado del CCCI). rchica@unitecnologica.edu.co

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS