Los trabajos de remodelación que se venían realizando en la casa cural y la capilla de la Iglesia San Rafael del barrio Montes de Barranquilla, quedaron en nada al venirse abajo la estructura este mediodía luego de que les cayera un fuerte aguacero.
Desde hace dos años los feligreses que se congregan en la parroquia están buscando recursos para restaurarla y ya tenían parte de la construcción terminada, pero este domingo, luego de un aguacero, la construcción se debilitó y todo se vino abajo.
El estruendo fue tan impactante que el sacerdote Jorge Luis Rodríguez Osorio quedó perplejo al ver lo que ocurría dentro del templo, una nube de polvo lo cubrió y él pensó que hasta ahí llegaría su vida y las de algunas personas que estaban dentro de la parroquia.
Cuando la polvareda amainó, el párroco pudo dimensionar el daño de lo que había ocurrido: el sacrificio de muchos meses quedó convertido en escombros.
Afortunadamente la misa del mediodía acababa de finalizar y nadie resultó herido, pero aunque el templo no se derrumbó, sus paredes quedaron muy debilitadas y es posible que sean destruidas para evitar accidentes.
“Hace tiempo tenemos estos inconvenientes en la parroquia. Es un edificio viejo que se está cayendo poco a poco. Estábamos recogiendo recursos para hacer unas mejoras y ahora nos sucede esto, pero las cosas están bien escritas en el libro del Señor porque afortunadamente no hay nadie herido”, expresó el sacerdote.
El párroco afirmó que será necesario que otras paredes del templo sean demolidas, pero que si lo hacen se deberá reconstruir completamente la parroquia.
“Nos ha costado mucho hacer las reparaciones y ahora tendremos que hacer un mayor esfuerzo para poder tener un templo adecuado y que no represente riesgos para los feligreses”, dijo Rodríguez Osorio.
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