Con rancheras, llanto y gritos de rabia y dolor fue despedida este miércoles la patrullera Kelly Rocha Rago, quien falleció a causa de una bala que le atravesó la cabeza. Proyectil que, inicialmente se pensó que ella misma se había disparado pero que ahora se cree que alguien más le propinó.
Los familiares de la funcionaria no cesaron de pedir que se haga justicia, pues en sus cabezas está la idea de que lo que ocurrió no fue un suicidio sino un crimen. “Ella no era capaz de matarse. Le gustaba vivir. Estaba entregada a Dios”, dijo una amiga de infancia de Kelly.
Honras fúnebres
Los familiares, amigos y compañeros de institución de la patrullera llegaron temprano a la funeraria Capillas de La Fe para darle el últimos y más sincero adiós. Algunos entonaron a capela canciones sentimentales, pero sus voces fueron opacadas por las de aquellos que quisieron protestar.
“Justicia, que aparezca ese asesino. Que no quede impune. General, haga algo. Queremos que venga Palomino”, gritaron los presentes refiriéndose al director de la Policía, General Rodolfo Palomino.
El sepelio se retrasó varios minutos, pues los familiares de Kelly no querían que se la llevaran al cementerio sin tener la certeza de que la investigación continuará. El coronel José González, comandante operativo de la Policía Metropolitana, llegó a la capilla para hablar con ellos. Previo a eso, el padre de la patrullera, Yeri Rocha Nigro, conversó con el director regional de Medicina Legal, Carlos Murillo, quien le explicó que debían sepultarla antes de que se descompusiera el cuerpo.
De acuerdo a lo expresado por Rocha, el especialista le dijo que en el dictamen médico legal reposa la información de que la uniformada tenía un brazo partido y hematomas en varios dedos de sus manos, lo que da un indicio de que tal vez no se trató de un suicidio.
El progenitor, quien se mostró más calmado y callado de lo normal, dijo que se realizará una reconstrucción de los hechos y que ahora la familia se siente más tranquila porque se hay más garantías para la investigación.
Amor sin final
El prometido de Kelly, el también patrullero Jorge Medina, lloró desconsolado y cantó varias canciones. Aferrándose al ataúd le prometió a su ser amado que nunca la olvidará y que estará en su corazón por siempre. Ese fue uno de los momentos más emotivos que se vivió en el sepelio realizado en Jardines de la Eternidad del Sur.
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