En el corregimiento de Las Piedras, municipio de San Estanislao de Kostka, hay un nuevo proyecto que mejorará la calidad de vida de 22 familias, de pescadores y campesinos. El viernes pusieron la primera semilla para que dé frutos en cuatro meses, aproximadamente.
Son seis estanques piscícolas con los que la comunidad tendrá mayor producción de peces y, en un futuro, la base para una microempresa de comercialización de estos. La iniciativa resuelve la problemática de la sequedad de la ciénaga y la falta de pesca.
Los habitantes presentaron el proyecto ante la Alcaldía municipal con una renovada junta directiva de la Asociación de Pescadores, para adecuar los seis estanques. Luego de un análisis, por su viabilidad, la Alcaldía lo propuso al Departamento de Prosperidad Social.
“Todos los que estamos aquí somos pescadores o campesinos. La idea de los estanques tiene muchos años, estaban puestos hace tres años pero no pudieron desarrollarlos porque no estaban las personas adecuadas”, destacó José Segundo Salas Villadiego, presidente de la Asociación Agrícola de Las Piedras.
En ese entonces, el plan no funcionó porque una temporada de lluvias afectó la producción, debido a que había un chorro abierto del canal del Dique hacia la ciénaga que está en el corregimiento. Aunque ya está cerrado, los habitantes aún temen que en una temporada de lluvias los estanques se les inunden y dañen todo.
“Al principio era algo sorprendente, no lo creíamos. Ahora todo es positivo y seguimos avanzando, por eso todas las entidades que nos quieran apoyar y proteger, las recibimos. Que esto no solo sea de las entidades, sino de los habitantes también”, destacó Zeneida León Zamora, integrante de la asociación.
Así fue el proceso
Para la adecuación de los seis estanques, la comunidad tardó 100 horas, con el acompañamiento de la Alcaldía y el apoyo de Prosperidad Social. Lo primero fue contratar una retroexcavadora para despejar la tierra y después de esto esperan unos días hasta que esté seca.
“Luego se le echa cal para matar los microorganismos que habitan en las pozas, proceso que tarda cinco días en hacer efecto. Después se trae el agua y se echan fertilizantes para crear otros microorganismos que sirven de alimento para los peces”, explicó José Segundo como parte del proceso.
Para finalizar, usan un enmallado para que los pájaros no se coman las semillas y cuando los peces están seguros, los sueltan. Esto, teniendo en cuenta la adaptación de los peces al agua, pues como vienen de otras zonas, deben climatizarlos primero.
Según comentaron algunos habitantes, lo que más anhelan es que este proyecto triunfe con el esfuerzo diario, pues después de vivir el conflicto, necesitan creer que sus vidas mejorarán.
“Hace como 10 años, una parte de la violencia se llevó la tranquilidad de las personas. Los grupos armados no dejaban trabajar a la comunidad y una parte de ella se desplazó. Gracias a Dios esa violencia se ha eliminado, ahora echamos para adelante”, dijo Larkin Zamora Amador, el encargado de asesorar a los integrante sobre el funcionamiento de las bombas, el llenado de los estanques y su instalación.
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