Bolívar


Un jarillón enfrenta a habitantes de Higueretal con el Fondo Adaptación

SAMUEL ÁLVAREZ BELEÑO

20 de septiembre de 2016 12:00 AM

Las calles desoladas y polvorientas de Higueretal, al igual que la comunidad que lo habita, dan cuenta de una población con muchas necesidades. Sin embargo, para los pobladores que salieron a atender la visita de este medio, ellos han sabido sobrevivir en medio del abandono estatal. Pero, a su vez, aclaran que tampoco están dispuestos a que sea el mismo Gobierno, el que les quiera “acabar” su principal modo de subsistencia: los cuerpos de agua llamados Conella, Morán, El Salado, El Campano y Pesquería, que hacen parte de la ciénaga Tupe, perteneciente al complejo cenagoso Capote, Tupe y Zarzal, en el norte de Bolívar.

Diomedes Cassiani, un hombre de 64 años, recuerda que desde hace 30 años está pescando y señala que desde entonces la ciénaga ha tenido muchos cambios que lo que han hecho ha sido perjudicar a la población. “Esta situación de la ciénaga nos ha dejado manos arriba. Nunca pensamos verla en estas condiciones de sequedad. Antes había abundancia y ahora saca uno dos o tres mojarritas. Necesitamos que nos ayuden y nos escuchen”, sostuvo.
Otro de los veteranos pescadores, Juan Maza Julio, sostiene que desde hace unos 20 años la situación se comenzó a poner difícil, pero esto se ha agudizado desde la pasada ola invernal del 2010 “pues la ciénaga ha quedado bastante sedimentada y con los últimos estragos de la sequía, ya está desapareciendo. Reclamamos que la draguen”.

La polémica
Pero porqué los habitantes de Higueretal, corregimiento de San Cristóbal, han puesto el “grito en el cielo” diciendo que el Gobierno nacional quiere acabar con su único medio de subsistencia. Ellos se refieren a las obras de protección con las que el Fondo Adaptación quiere evitar que esta población vuelva a sufrir inundaciones de antaño.

Ellos le salieron al paso a las declaraciones hechas por el gerente del Fondo Adaptación, Iván Mustafá Durán, quien aseguró que la comunidad en pleno se oponía a esas obras. “Ya tenemos los recursos disponibles, estamos dispuestos y listos con la maquinaria, que incluso serviría para atender cualquier situación en una posible temporada invernal, pero ahora son los habitantes de Higueretal los que no permiten hacer las obras”, explicó Mustafá Durán días atrás. Además, argumentó que los pobladores preferirían vivir inundados y no acceder a estos trabajos.

José Barcasnegras, líder de la comunidad, explicó que a nadie le gustaría vivir bajo inundaciones y que ellos no se están oponiendo a las obras para evitar que el pueblo se vea afectado nuevamente. Lo que ellos piden es que el gerente del Fondo los visite y los escuche para que realicen unas obras menos costosas e incluyan las que, a juicio de ellos, serían una solución y es la relacionada con el dragado de la ciénaga.

“Nosotros queremos que el señor Mustafá venga a Higueretal; que dialogue con nosotros y nos diga las razones porqué no se pueden hacer las obras que nosotros proponemos, pues  somos los que vivimos aquí y conocemos la zona. Él no se puede quedar con la información que le lleven unos funcionarios que no tienen idea de cómo está constituido el complejo cenagoso”, indicó Barcasnegras.

Según Mustafá Durán, de acuerdo con el análisis técnico realizado por Consorcio Dique advierte que se requiere un jarillón de 3 metros de altura y 1.760 metros de longitud bordeando el casco urbano, protegido con enrocado y pastos; adicionalmente 26 alcantarillas que permiten el drenaje de las aguas lluvias hacia la ciénaga e impiden que entre al centro poblado.

Sobre esto, miembros de la comunidad indicaron que es totalmente falso esa afirmación, pues a ellos siempre les ha dicho que el jarillón sería de seis metros. “Hace como 15 años construyeron un jarillón de dos metros y con el pasar del tiempo este lo que hizo fue irse para la ciénaga, lo que la sedimentó aún más”, dijeron algunos.

La comunidad asume que los estudios realizados no están basados en la realidad, “empezando porque el corregimiento de Higueretal no tiene 8.400 habitantes como lo afirma Mustafá; sino aproximadamente 2.850, lo que deja mucho que decir de su proyecto, pues a simple vista se deja ver que no hay un estudio socio económico hecho en la comunidad”.

También señalan que la propuesta fue un “jarillón de 6 metros” y no de 3 metros. De la misma manera resaltan que las reuniones que se han hecho con la comunidad no son de socialización si no de “imposición” de unas obras, porque de acuerdo a lo explicado, unas de las primeras reuniones con los dueños de predios por donde se construirían las obras de protección, fue para hablarles de compra.

Lo que la comunidad le está pidiendo al Fondo Adaptación es realizar un dragado de la ciénaga y con el mismo material extraído rellenar los puntos críticos “Que se haga la extracción del sedimento y con ese mismo material se rellenen las partes más bajas y encima de ese material se ponga una capa de material seleccionado, bien compactado con una pendiente para que cuando llegue la ola esta no cause los daños que suelen suceder”.
Su queja también apunta a que “el jarillón de dos metros que se hizo en gran parte de la ciénaga se fue al fondo y lo sedimentó de gran manera, ahora se imagina si construyen ese de seis metros y sin las pendientes para evitar que las olas arrastren más sedimento”.  

Esa propuesta para el control de inundación, según Mustafá, fue evaluada técnicamente y se identificó que no son planes viables para mitigar el riesgo de inundaciones en Higueretal.

Sobre si es verdad que prefieren  vivir bajo la inundación, como lo expresaron desde el Fondo Adaptación, la comunidad manifestó que no sería lo ideal, pero prefieren eso a tener que ver cómo el Gobierno se encarga de dañar todo el ecosistema y el complejo cenagoso.

Mustafá, a Higueretal
El gerente del Fondo insistió en que existe una inmensa preocupación por parte del Estado sobre una obra que si no se hace, quedaría vulnerable toda una comunidad. “Si llega a ocurrir un desastre por una ola invernal la responsabilidad está en no haber dejado hacer estas obras. El llamado es para que las dejen hacer”.

Sobre si visitará la comunidad de Higueretal, Iván Mustafá, ratificó que sí lo hará próximamente. “Sí, claro. Pero mi visita no arregla eso, si ya hemos estado en cinco reuniones con al comunidad, alcaldía, Gobernación de Bolívar. En esto debemos ser responsables y la gente debe ser consciente sobre el daño que se le va a hacer a la comunidad”.

Por su parte, Germán Zapata, alcalde de San Cristóbal, explicó que la comunidad lo eligió para buscar soluciones a muchas problemáticas y acabar con las eternas inundaciones en Higueretal, y que los pobladores deben entender que estos estudios fueron hechos por expertos que garantizarán que no se inundarán más y que esta obra no causará daños al complejo cenagoso.  

“Deben dejarse ayudar”: Turbay
Ante lo expresado por la comunidad, el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, exhortó a la comunidad a que debe dejarse ayudar. “Deben dejarse asesorar. Los estudios indican que hay que realizar esa obra de protección. Frente a la decisión de la comunidad de no permitir esta obra, nos parece que es una actitud equivocada que pone en riesgo sus vidas. Como Gobernación vamos a visitar la zona y de tener que apoyarnos en la fuerza pública para hacer la obra tendremos que hacerlo. Pero no vamos aceptar que la comunidad ponga en riego sus vidas”, indicó el mandatario departamental.

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