Con la llegada de las lluvias se prendieron nuevamente las alarmas en Córdoba por la presencia del caracol gigante africano. Se han reportado hallazgos en Montería y Planeta Rica, razón por la cual, La Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge, CVS, pidió estar atentos.
Este molusco terrestre se ha detectado en el departamento desde el año 2016 y aunque es de apariencia inofensiva, su presencia genera graves problemas de salud.
Morfológicamente se caracteriza por tener una concha de forma helicoidal que puede llegar a alcanzarlos 13 centímetros de longitud, conformado por 7 o 9 vueltas, cuando el caracol está bien desarrollado, con una punta nítidamente aguda y bandas longitudinales con coloraciones castaño claro y oscuro. Su cuerpo es húmedo, de color pardo uniforme y posee dos tentáculos cortos y otros dos largos en donde se sitúan los ojos. Se reproduce a gran velocidad, ya que pone entre 30 y 300 huevos que eclosionan después de 15 a 20 días en nidos de tierra o entre rocas, escombros, vegetación, entre otros.
Para los agricultores, es una plaga que destruye cultivos, mientras que para la sociedad civil representa un riesgo en la salud, ya que es vector de parásitos de importancia médica y veterinaria, al ser hospedante de nematodos del género Angiostrongylus, parásitos presentes en los pulmones de las ratas, que con el contacto, puede ser causantes de afectaciones de salud en humanos, entre las afectaciones que pueden causar se encuentra la meningoencefalitis y angiostrongilosis abdominal.
De acuerdo con lo señalado por voceros de la CVS se encuentra entre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, razón por la cual, al presenciarse por primera vez en Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible emitió la resolución 0848 de fecha 23 de mayo de 2008, que fue actualizada en la resolución 654 de 2011, donde se describen las medidas que deben asumir las autoridades ambientales para prevenir, tratar y manejar la especie invasora.
Pidieron a los cordobeses que estén atentos a su aparición y que eliminen de los jardines o solares abandonados todos los elementos que puedan ser utilizados como refugio por el caracol, como maderas, escombros y basuras.
También advirtieron que los caracoles no deben ser arrojados en las basuras, debido a que la humedad de los desechos crean condiciones óptimas para propagar su población y que se debe evitar el contacto directo con la especie.
Pidieron así mismo comunicarse con la CVS en caso de detectar la presencia de los caracoles y para su disposición final, depositarlos en bolsas plásticas y agregarles sal o cal para deshidratarlos y posteriormente enterrarlos a profundidades considerables donde tenga acceso las especies de fauna doméstica.
Comentarios ()