Los partidos de la U y Conservador fueron los que lograron mayor número de cargos de elección popular en el departamento de Córdoba. A punto de finalizar los escrutinios, los pocos cambios que se han hecho favorecen a ambas colectividades.
El movimiento que orientan los senadores Musa Besaile y Bernardo “Ñoño” Elías se quedó con la Gobernación de Córdoba al elegir al arquitecto Edwin Besaile y con 11 de las 30 alcaldías que se disputaron en Córdoba que fueron las de San Bernardo del Viento, San Antero, San Pelayo, Canalete, Valencia, Tierralta, Cotorra, San José de Uré, Momil, Sahagún, Ayapel y Lorica.
También hicieron coalición con 8 candidatos más a los que ayudaron a elegir y lograron ‘arrebatar’ el poder a estructuras políticas sólidas en varios municipios de Córdoba.
Por su parte, los conservadores, liderados por los congresistas Nora García, David Barguil y Yamina Pestana lograron cinco alcaldías y entre ellas la de la capital del Departamento con Marcos Daniel Pineda, quien por segunda vez ocupará el primer cargo. También alcanzaron el triunfo en Chimá, Planeta Rica, Purísima y Tuchín. Ayudaron a la elección del alcalde de Pueblo Nuevo, quien se presentó con los avales de Cambio Radical y el de los azules.
Los conservadores perdieron la Alcaldía de Cereté, tierra natal del congresista Barguil, quien apoyó a Milad Barguil, por segunda vez derrotado en su afán de regir los destinos de la capital del oro blanco. También perdieron un importante escaño en la Asamblea con la derrota de Reynaldo Peña, quien dejó su curul en el Concejo para irse a la Duma.
Estos dos mismos partidos se quedaron con la mayoría en la Asamblea de Córdoba y en el Concejo de Montería, hecho que augura un buen inicio para el nuevo gobernador y para el alcalde de la capital, quienes aseguran las mayorías con las coaliciones hechas en campaña.
Perdiendo terreno
La menor ración en la torta política de Córdoba la tuvo el partido Liberal que en otros tiempos logró consolidarse como uno de los movimientos más sólidos. En la contienda electoral solo ganaron la alcaldía de Moñitos, un municipio con poco presupuesto y con múltiples problemas.
Perdieron con el partido de la U la de San Antero donde llevaban ocho años en el poder y también perdieron cupos en la Asamblea y en el Concejo de Montería, situación que los hace vulnerables en las próximas elecciones.
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