Dieciocho toneladas de papaya cultivadas en el municipio de Valencia, alto Sinú cordobés, viajan desde hoy a Canadá.
Las cajas debidamente empacadas fueron trasladadas primero al puerto de Santa Marta y desde allí empezarán una travesía que demorará 10 días.
La exportación la hizo la Asociación Agroecológica de Productores y Comercializadores de Papaya del alto Sinú con destino a la empresa Frandy Group Corp que antes compraba el producto en México y Brasil.
No es la primera vez que esta fruta es vendida a otros países del mundo. Ya se había hecho con la tradicional hawaiana a Holanda, pero no en la cantidad en que se hizo la venta a Canadá.
El proceso fue el resultado de varios años de estudio que permitió a los cultivadores garantizar la producción tras declarar la zona de baja prevalencia en las plagas que afectan el cultivo de papaya.
La empresa canadiense envió un grupo de especialistas al departamento de Córdoba para que explicaran el proceso a los agricultores y en el lugar el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) hizo los monitoreos correspondientes.
El ingeniero agrónomo del ICA, Amaury Jiménez Sampayo, dijo que desde 2006 la entidad estableció un plan de vigilancia especial en los cultivos de papaya de Valencia para establecer si había o no la presencia de dos moscas cuarentenarias que afectan el cultivo y que hubieran cerrado de todas la posibilidad de abrir mercado con otras naciones.
Explicó que esos procesos requieren mínimo dos años de investigaciones y que en el caso de Valencia se hizo durante los cinco últimos años.
El 15 de diciembre de 2011 se declaró la baja prevalencia en la zona luego de instalar 100 trampas en las que nunca hubo las plagas que afectan el cultivo.
Después de esa declaración, explicó el funcionario del ICA, siguió el proceso en ocho predios a los cuales se les adelantó un plan de vigilancia permanente que también hacen en el vecino municipio de Tierralta.
Crece el mercado
La exportación de las primeras 18 toneladas de papaya empezó a generar nuevas ideas de negocio entre los cultivadores cordobeses y especialmente de la zona del alto Sinú.
Inicialmente se mandó una muestra del producto para que hiciera el recorrido, que demora 10 días aproximadamente y este llegó en óptimas condiciones de tal forma que se procedió a cerrar el negocio por las 18 toneladas.
El objetivo de los cultivadores es lograr la comercialización de cinco contenedores semanales, es decir, 100 toneladas de papaya.
Pese a que las condiciones son óptimas para el cultivo del producto, ellos no se atrevían a producir grandes cantidades por temor a que no tuvieran mercado para comercializarlas.
Sin embargo, la idea es que nuevos predios, debidamente controlados por el ICA, se sumen a la apuesta, pero con la garantía de compra.
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