Córdoba dio el último adiós a Elías Bechara Zainum, considerado por los cordobeses como el pionero de la educación en esta sección del país.
Fue el fundador de la Universidad de Córdoba, de la Universidad del Sinú, del primer colegio de bachillerato nocturno que tuvo Montería y la Costa Atlántica, del Instituto Técnico Agropecuario de Lorica y contribuyó además a la creación del colegio nacional José María Córdoba, del Inem y del colegio Cecilia de Lleras.
El maestro de maestros, como fue calificado en el departamento, fue sepultado en la mañana de ayer luego de una ceremonia religiosa en la catedral San Jerónimo de Montería en la que recibió homenajes póstumos.
La Gobernación de Córdoba decretó tres días de duelo como homenaje a la memoria de don Elías Bechara, a quien calificó como un honorable prócer de la educación departamental y entregó a su familia un decreto de honores en el cual señalan que su vida y obra representan un referente para muchas generaciones de este departamento y que su legado estará vigente en el devenir de nuestra historia, especialmente en la fuerza transformadora de la educación, en el ejemplo de amor y abnegación y en el cultivo de sanos y esenciales valores para la convivencia humana.
“Es deber de la Administración Departamental reconocer y exaltar la memoria de aquellos ciudadanos que, como el doctor Elías Bechara sobresalieron y fueron ejemplo de disciplina, rectitud y perseverancia, valores humanos que posibilitaron el logro de metas de gran trascendencia para Córdoba”, indicó el gobernador encargado John Besaile, quien además invitó a las instituciones públicas y a todos los centros de enseñanza a izar la bandera a media asta.
SU VIDA
El maestro Elías Bechara nació en Lorica en 1920. Realizó estudios de química y farmacia en la Universidad de Cartagena y posteriormente se especializó en Bioquímica y Laboratorio en México y Estados Unidos.
Fue el creador de la fórmula retardada de la Penicilina (Pensolvox) pero su verdadera pasión estuvo encaminada a la educación.
Primero fue profesor de la Universidad del Atlántico y desde allí entendió que su vida no podría salir del aula, pero de un aula donde todos los colombianos tuvieran igualdad de oportunidades para educarse.
“Elías era un convencido que sólo con la educación la gente podía mejorar su calidad de vida”, dijo Saray Castilla de Bechara, esposa del fallecido rector vitalicio de la Universidad del Sinú.
Fue además un destacado dirigente regional, desempeñó cargos de gran relevancia en el orden local, regional y nacional entre los cuales se destacan concejal de los municipios de Montería, Lorica y Los Córdobas, alcalde de Montería y senador de la República, cargos en los que se caracterizó por su ejemplar comportamiento en todas las posiciones que ocupó por su inteligencia, prudencia, sencillez y ética profesional.
Su obra en el campo de la educación la inició en el año de 1962 con la fundación del Instituto Agrícola de Lorica, ITA, luego en 1964 creó la primera universidad de la región que fue la Universidad Nacional de Córdoba de la cual fue fundador y dos veces rector. En 1965 creó en Montería el primer bachillerato nocturno departamental de la región Caribe, apoyó la apertura del INEM Lorenzo María Lleras, la creación del colegio Cecilia de Lleras y la aprobación del colegio nacional José María Córdoba.
En el año creó la Corporación Educativa Superior de Córdoba que a partir de 1980 se convirtió en la Corporación Universitaria del Sinú, primer centro de educación superior de carácter privado del departamento.
Se destacó además en el impulso a la actividad económica de la región a través de importantes aportes que realizó como primer presidente regional del Sena, primer presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas, presidente de la Asociación de Instituciones de Educación Superior de la Costa Atlántica y presidente de la junta directiva del hospital San Jerónimo.
Su vida siempre estuvo al servicio de los demás, por ello, también fue el primer presidente de la Asociación de Algodoneros de Córdoba y el primer presidente del proyecto hidroeléctrico de Urrá, cargos desde donde aportó a la transformación y desarrollo del departamento.
Hablar de sus distinciones también implica hacer una larga lista pues su actividad fue reconocida por administraciones y gremios.
La Gobernación, Asamblea, CVS, Concejo, Alcaldía, Presidencia de la República, universidades e Icetex entre muchas otras exaltaron el papel cumplido por este hombre que a los 92 años abandonó la vida terrenal, dejando una semilla que lo hará inmortal en el departamento.
“Qué la llama no se extinga” fue la frase de su trasegar por la vida y seguramente permanecerá encendida por siempre.
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