Una condena de 60 años de cárcel, máxima pena que contempla la ley en Colombia, estaría enfrentando Jaime Gutiérrez Pino, el conductor del bus en cuyo interior murieron 33 niños en la trágica tarde del domingo en Fundación.
La Fiscalía estaría imputando, de acuerdo con las evidencias que se están recopilando, el delito de homicidio doloso de acuerdo con las circunstancias que originaron la tragedia.
El hecho de que el conductor no tuviese licencia y que el automotor no contara con el seguro obligatorio, ni con la revisión tecnomecánica, agravaría la conducta penal, de acuerdo con lo expuesto por funcionarios de la Fiscalía.
Además, el hecho de que Jaime Gutiérrez es mecánico, agrava su situación jurídica, “porque es una persona con conocimiento automotriz y por consiguiente sabía del riesgo de manipular la carburación del vehículo con la utilización de combustible”, de acuerdo con la fuente consultada.
Se dio a conocer que la variedad de conductas en la que incurrió el conductor, sumado a la muerte de los infantes, estaría frente una sanción penal altísima.
El conductor del autobús que se incendió el domingo está detenido y se dijo ayer que había sido trasladado de manera sigilosa y en secreto hasta Santa Marta para imputarle los delitos, por cuanto se temía que en Fundación fuera agredido
Jaime Gutiérrez Pino, de 56 años, quien no tiene licencia de conducción, ni seguro obligatorio ni tenía la revisión tecnicomecánica. Según la Policía, el hombre debía multas por 405.889 pesos y el bus que manejaba no estaba afiliado a ninguna empresa desde el 2012.
"El conductor está detenido, luego de que él mismo se entregara a las autoridades y en la mañana de este lunes se espera que rinda declaración en una audiencia", dijo el coronel Adán León, comandante de la Policía de Magdalena.
"Está detenido y a órdenes de la Fiscalía mientras se determina su responsabilidad", añadió el oficial, destacando que una de las hipótesis del accidente apunta a que el conductor echaba gasolina al bus de un recipiente con combustible de contrabando cuando se produjo la explosión.
La Policía explicó que la entrega del conductor se produjo luego de que se difundiera la hipótesis sobre su culpabilidad, que llevó a familiares de las víctimas a atacar su vivienda
El bus, en el que viajaba un grupo de niños que habían asistido a un servicio religioso dominical, explotó el domingo al mediodía dejando 33 infantes fallecidos.
Otras versiones del accidente apuntan a una falla técnica en el vehículo, que según versiones preliminares no tenía la revisión técnico-mecánica requerida para la circulación.
EL OTRO IMPLICADO
Dentro de esta investigación también se le imputarán cargos al integrante de la iglesia Pentecostal Manuel Salvador Ibarra, quien es la persona que contrató los servicios del bus, en donde se originó la tragedia.
Ibarra, de quien se conoció es abogado, fue capturado y se le imputarán delitos de homicidio culposo y lesiones personales.
Este capturado no sólo hace parte de la iglesia donde asistían los niños, sino que era el encargado de vigilar el contrato y de llevar de regreso a los menores luego de la reunión.
Según la Fiscalía, esta persona estuvo todo el tiempo junto al conductor, observó como manipulaba el vehículo con la gasolina y aun así, mantuvo los niños en el interior sin tomar ninguna precaución y luego del accidente huyó del lugar.
Los funcionarios judiciales encargados de la investigación recuperaron testimonios de vecinos del sector y otros integrantes de la iglesia que confirmaron la responsabilidad que
Ibarra tenía con los niños y otros ocupantes del vehículo.
Comentarios ()