El caso que pretende esclarecer el crimen del director de regalías de Córdoba, Jairo Zapa Pérez, sufrió un nuevo revés. En esta oportunidad el abogado Josué de la Barrera Muñoz, defensor del confeso homicida Joicer Hernández, pidió al Juzgado Penal del Circuito Especializado de Montería que no tenga en cuenta ninguna de las declaraciones entregadas por su defendido a la Fiscalía.
Aduce que no se materializó ningún preacuerdo y que por lo tanto no podrán utilizar las declaraciones que hizo el desmovilizado, justamente apostándole a una posibilidad de disminuir su pena. Eso podría convertirse en un nuevo obstáculo, pese a que confesó haber cometido el crimen.
De la Barrera insistió en que se debe inadmitir todas las pruebas solicitadas por la Fiscalía, aduciendo que se obtuvieron sin la debida conducencia, pertinencia y utilidad de las mismas, pues nunca se consolidó el preacuerdo y por ello piensa dejar sin piso los interrogatorios que se practicaron.
Lo que parecía a punto de resolverse, pues Joicer Hernández había reconocido que fue el autor material del crimen de Zapa, a quien estranguló en una casa del norte de Montería hace más de tres años, quedó de nuevo en el limbo. Si el juzgado admite la solicitud de la defensa, la Fiscalía se quedaría sin argumentos para acusarlo de homicidio agravado.
"Esas conversaciones se matrializaron en investigaciones sin que se le hubiera imputado el delito de homicidio a mi defendido, sencillamente porque no tenía el material probatorio para sustentar la imputación", indicó el abogado defensor apelando a los artículos 359 y 369 del Código de Procedimiento Penal.
Finalmente, sostuvo que la Fiscalía puede desconocer el preacuerdo, pero también debe asumir las consecuencias que ello implica y que han sido señaladas por la misma Corte Suprema de Justicia, entre ellas la inadmisión de la prueba de lo conversado entre el acusado y el ente acusador.
Como se recordará Hernández entregó a la Fiscalía los detalles sobre la forma en que había asesinado a Zapa, sindicó como autor intelectual al contratista Jesús Henao, hoy preso en Bogotá, y dio las coordenadas exactas del sitio donde había sido sepultado el ingeniero civil, de 37 años.
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