Los 250 niños de la escuela Las Palmitas, corregimiento del municipio de Ciénaga de Oro, Córdoba, iniciaron el año escolar con el peculiar sistema de pico y placa.
Lo anterior quiere decir que se tienen que turnar para recibir las clases, pues los salones existentes no son suficientes para todo el personal que estudia en dicho centro.
La medida se debe a que las obras de remodelación de aulas, sala de sistema y área administrativa contratadas con el Consorcio Las Palmitas por valor de 527 millones de pesos, no fueron entregadas en diciembre como estimaba el contrato celebrado en agosto de 2013.
Antes de culminar el año, las estructuras académicas y administrativas de la escuela rural fueron demolidas para dar paso a la nueva sede bajo el proyecto de calidad educativa. Sin embargo, sólo dos aulas quedaron disponibles y por ello no hay espacio suficiente para albergar al estudiantado.
Las obras debieron ser entregadas el 16 de diciembre anterior pero el objeto no se cumplió afectando a 250 estudiantes.
Como paliativo, decretaron pico y placa la semana pasada. Sin embargo, la comunidad decidió prestar sus casas y los ranchos de palma en sus patios para que los alumnos puedan cumplir con su jornada académica.
Así las cosas, los profesores tienen que trasladarse hasta las casas vecinas para poder cumplir con la jornada académica y evitar que los menores atrasen sus estudios.
Ante esta situación la alcaldía del municipio de Ciénaga de Oro, a través de la asesora jurídica Belinda Mercado Beltrán, indicó que prorrogaron hasta el mes de febrero próximo el contrato y que si no se cumple el objeto del mismo, tendrán que aplicar las sanciones que convengan en el contrato.
Mientras tanto los estudiantes soportan calor, polvo, animales e incomodidades en el recreo porque no tienen patio de recreación.
Tampoco los docentes cuentan con sala de reunión y por ello tienen que esperar en el corredor de cualquier casa o en la roída sede de la inspección rural de Policía mientras se termina la obra en mención.
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