Cuatrocientos millones de pesos fue la cifra recaudada en la “Catedratón” pro-restauración de la Catedral San Francisco de Asís de Sincelejo, evento que se desarrolló durante catorce horas en la Plaza Olaya Herrera de la capital sucreña.
Aunque la meta de la iniciativa que se proyectó con optimismo, era superior a lo captado, se pudo conquistar a muchos corazones que contribuyeron con la futura recuperación de la estructura física de la Iglesia Católica más representativa de la ciudad.
La maratónica jornada emprendida por la Diócesis de Sincelejo y por un grupo significativo de distinguidas damas, puso a prueba la solidaridad del pueblo católico que dijo sí desde tempranas horas a un proyecto integral de recuperación del histórico y legendario templo.
Más de 30 empresas y un gran número de familias sincelejanas aportaron su granito de arena para el éxito de esta noble causa, que estuvo amenizada por diferentes agrupaciones folclóricas de la región y de artistas sucreños, así como de personajes animados que alegraron el día.
La Gobernación de Sucre, la Alcaldía de Sincelejo y el equipo de comunicaciones de ambas administraciones, jugaron un papel preponderante dentro de la organización del programa, pues difundieron masivamente la necesidad de captar dinero para las obras.
Para el Obispo de Sincelejo, José Clavijo Méndez, esta actividad trasciende el corazón de los ciudadanos que aman a su Iglesia, “es la mayor muestra de amor, es desprenderse de aquello que nos beneficia de algún modo, por lo que Dios bendice al dador con alegría”, sostuvo el alto prelado.
La Catedral San Francisco de Asís fue inaugurada en 1904 y quince años después tuvo su primera remodelación por iniciativa del padre Pascual Custode, abnegado párroco sincelejano por cinco lustros, tal como reza el arco principal del altar mayor.
Pascual Custode, quien nació en Italia en 1.873 y murió en Colombia en 1.928, con apoyo del padre Aldana, haciendo tómbolas y colectas, consiguió el dinero necesario para construir la segunda torre del templo, que hasta entonces fue llamado por los corozaleros como "la vaca cachumba" por tener un solo “cuerno”.
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