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Este año la Sociedad Portuaria se preparó para la lluvia. Bajo techo desfilaron las candidatas y estuvieron los empleados e invitados. A pesar de que el cielo permaneció nublado, no llovió como el año pasado, pero el calor era insoportable, ni los abanicos grandes para refrescar dieron abasto para calmar tanto “bochorno”.
Durante la intervención del Capitán Salas, las reinas se la pasaron echándose el cabello de un lado al otro, y secándose el sudor.
La Señorita Nariño no paraba de sudar, su maquillaje se corrió y se veía muy incómoda. Otras como Chocó y Cundinamarca, se hidrataron en medio del evento. Las candidatas lucieron un vestido largo de la diseñadora Ana Sánchez que aunque, exaltaban su figura, en nada le ayudaba a contrarrestar los efectos de la alta temperatura.
A pesar de todo dieron lo mejor a la hora de desfilar. Los aplausos y la música de sus departamentos a cargo de la Filarmónica de Cartagena, les levantaron el ánimo y les calmó el sofoco.
Una vez en la pasarela empezaron a sonar las favoritas: Antioquia, Cartagena, Meta, Norte de Santander, Santander, Sucre, Valle, Chocó y Caldas.
El Capitán Salas las admiró a todas, pero se vio más interesado por la Señorita Colombia, Catalina Robayo, a la que se le acercó en más de una ocasión para piropearla y contarle que tenía una gemela, alguien a quien el conocía con un parecido a ella.
Camino a las grúas para tomarse la tradicional foto, se refrescaron y aunque el calor seguía haciendo de las suyas, en medio de cámaras y micrófonos, todas mostraban su mejor sonrisa.
La idea de subir al crucero las alegró aún más, pero se quedaron con las ganas, porque este año el barco no atracó para ellas sino para los cientos de turistas que las admiraron y aprovecharon para tomarles fotos, aunque no tenían idea de quiénes eran, ni de qué se trataba tanta belleza. Algunos hasta se imaginaron que eran parte del paquete turístico.
Este año la visita al crucero se cambio por un recorrido por el Terminal de Cruceros del Puerto. Conocieron la tienda donde se exhiben productos colombianos como esmeraldas, bolsos, café, sombreros y artesanías.
Durante el recorrido lo que más llamó la atención de la Señorita Chocó fue la sección de joyería, en donde se detuvo a preguntar por los anillos.
A la Señorita Magdalena le gustaron los sombreros, pero confesó que aunque se le hubiese dado la oportunidad de comprar uno, no lo hubiera hecho, porque solo compra lo necesario, “No me gusta llenarme de cosas que no uso, solo tengo lo que necesito”.
En cambio las Señoritas Quindío, Estefanía Díaz Granados Gallo, y Cauca, Jenniffer Martínez Martínez, confesaron ser compradoras compulsivas: La primera de artesanías y la segunda de todo.
Tolima se interesó por los objetos religiosos, tanto que dijo que quería comprarse una de las virgencitas del Carmen, de la que es devota, y que se exhibían en la tienda.
Allí los turistas aprovecharon para observarlas más de cerca, tomarse fotos y aclarar sus dudas sobre la presencia en ese lugar de mujeres tan lindas. “Que afortunados, tenemos a las más bellas de Colombia”, dijo un turista en un acento español medio enredado.
En su recorrido las candidatas también tuvieron la oportunidad de observar los animales que habitan en el lugar, como las iguanas, guacamayas y flamencos rosados. La Señorita Atlántico fue una de las que se mostró muy cariñosa con las guacamayas.