* Meryt Montiel Lugo
"Saldré con el pavito y si me copia, esta noche nos vamos de rapidín”. “Cuidado, que esa chimbita es una asaltatumbas”. “Esa ‘jeva’ me pone cachondo”. “Que le digan robateteros no le importa. Ella sabe que ese pollo le inyecta colágeno”. “Esa es una verdadera ganosa”.
Oír hablar a los jóvenes de esa manera deja a muchos adultos en ‘blanco’, pues la terminología para referirse a ciertas partes del cuerpo, tendencias o prácticas sexuales es tan persa y tan diferente a la de pasadas generaciones, que sus conversaciones en muchas ocasiones resultan ininteligibles.
Que jóvenes e incluso adultos llamen a los genitales por sus nombres, por ejemplo, es una rareza y esa costumbre se les enseña desde que están pequeños, manifiesta la sicóloga y magister en familia Linda Teresa Orcasita.
Los padres les dicen a sus hijos ‘ojo con la cosita’, ‘mucho cuidado con el pirinolo’, ‘no se deje tocar los melones’, “se les enseña desde chiquitos a hablar con términos que no son. Cuando desde pequeños deberían decirle el pene, la vagina”, agrega Orcasita.
De ahí que un mecanismo para hablar de la intimidad sea colocándoles sobrenombres a las cosas, porque con estos, el joven no va a sentir pena al hablar y lo está haciendo a través de códigos que el otro entiende.
“Puede uno de ellos decir, ‘vé vámonos de cruising’, pero qué va a saber la mamá o el papá de qué está hablando su hijo. Es una manera de estos jóvenes protegerse frente a lo que quieren hacer porque en sus hogares muchas veces no se habla de sexo”, dice Orcasita.
Para el médico John Palacio,director del programa de educación sexual Hablemos a Calzón Quitao, de la Universidad Santiago de Cali, la utilización de eufemismos para hablar de temáticas sexuales alimenta el morbo que el tema del sexo genera. “Usar vocablos menos técnicos, coloquiales y hasta folclóricos le pone un toque de picante al tema”.
El cambio del léxico, en opinión del médico internista Roberto Ramírez, con estudios en sexualidad, se debe a la doble moral que manejamos y al tabú por lo sexual, “donde todo lo que tenga que ver con genitalidad es mal visto y no se puede hablar en público”.
Somos seres sexuados por naturaleza, comenta Orcasita, y hablar de sexo debería ser como hablar sobre deportes, porque la sexualidad y el sentir hacen parte de todos.
Lo que pasa, aclara esta docente de la Universidad Javeriana, es que la connotación religiosa ha marcado muchísimo al sentenciar o señalar a quien hable de sexo. “La mayoría dice, no hablo de sexo porque van a creer que soy una buscona. O si cargo el preservativo van a pensar que salgo con todas, cuando no debería ser así. Si cargo el preservativo es porque estoy pensando en el autocuidado de mi cuerpo, en lograr una salud física y mental para mi proyecto personal”.
Orcasita , quien junto a la sicóloga Teresita Sevilla ha investigado y orientado sobre temáticas de sexualidad en colegios y universidades de Cali, expresa que hoy hablar de sexualidad es despojarse de miedos y tabúes. Cuenta que muchos chicos de los que han entrevistado manifiestan que no hablan de sexo con los papás porque “temen que sus padres se den cuenta de que su niño o niña perdieron la inocencia hace rato”.
Además, porque les da miedo perder beneficios: que no los atiendan, que no les calienten la comida. “El temor a hablar es porque los papás les dicen defiéndase solo, ya usted es un adulto, por el hecho de tener relaciones sexuales”.
Por eso hay que promover en los ámbitos de la salud y de la educación que los padres hablen de sexo con sus hijos, con un lenguaje claro, apropiado, que se promuevan mecanismos para que el joven se sienta preparado y cómodo cuando tenga dudas, porque si él se queda con esas inquietudes consulta con amigos u otros medios que quizá no sean los más adecuados.
Para contribuir a que los padres y adultos en general estén más enterados del léxico que usan los jóvenes para referirse a partes de su cuerpo, prácticas y tendencias sexuales y que los mayores no ‘pequen’ por inocentes o ignorantes, aquí el ‘nuevo diccionario de la sexualidad’, basado en aportes de médicos, sicólogos y universitarios.
- Arroz en bajo: persona que se tiene como alterna cuando se quiere una relación sexual o afectiva.
- Asaltacunas o atracacunas: mujer que tiene relaciones con un hombre mucho más joven. La diferencia es de más de 5 años.
- Asaltatumbas: mujeres jóvenes que gustan salir con viejitos.
- Bicurioso: explora su sexualidad y aún no ha logrado definirse. No es bisexual, porque este último mantiene relaciones con hombres y con mujeres a lo largo del tiempo. El bicurioso tiene la relación pero en un momento específico, es algo momentáneo.
- Caliente: sentir deseo sexual.
- Calentones: tener sexo sin penetración.
- Cachonda: insaciable, ninfómana.
- Cachondo: estar excitado.
- Capucha: condón.
- Colágeno: hombre joven que sale con una mujer mucho mayor y ella con esa ‘proteína’ siente revitalizado su rostro y todo su cuerpo.
- Copiar los códigos: tener química con alguien, gustarse.
Cuartos oscuros: son casas de dos plantas donde en la primera, la gente baila, pero los que suben al segundo piso lo hacen con el fin de tener relaciones íntimas con cualquiera. Como es oscuro, la gente no sabe con quién está.
- Cruising: (ir de pesca). Son esos encuentros momentáneos en los que se tiene una relación con alguien en cualquier espacio público. Sobre todo hombres que tienen sexo con otros hombres.
- Chimbita: prototipo de mujer que se puede mostrar, que puede generar en los otros envidia.
- Enlazar: conquistar, levantar, seducir.
- Estar fuera del lote: tener abstinencia sexual.
- Entucar: besar.
- Forro: condón
- Ganosa: mujer que toma la iniciativa en el campo sexual.
- Guayaba: hombre homosexual.
- Guillar: Besar
- Heteroflexible: persona que se asume heterosexual, sin embargo, en algunas ocasiones puede tener encuentros sexuales con individuos de su mismo sexo.
- Hielo: persona con inapetencia sexual. También se le tilda de témpano.
- Hoja: pene
- Kit completo: una mujer que se ha operado senos, derriere, boca. Mejor dicho, está ‘fabricada’.
- Levante: pareja formal, la oficial, la que marca.
- Mediopolvo: sexo sin penetración.
- Marea roja: menstruación.
- Meter gol: dejar embarazada a una chica.
- Tirar: tener una relación sexual.
- Tiritití: sexo con penetración. También se le llama chaca chaca o chucuchucu.
- Revelarse: salir del clóset. Asumirse ante la sociedad como homosexual.
- Oficial: la pareja de presentar en casa.
- Parchar: Besar
- Pavito: es ese mejor amigo (a) que luego se convierte en algo más.
- Peluche: órgano sexual femenino o mujer muy atractiva.
- Picos al rey: sexo oral.
- Prendo: estar excitado.
- Quickly: sexo rapidito, a las carreras.
- Robateteros: es la misma asaltacunas.
- Rapidín: sexo a las carreras.
- Roce: sexo sin penetración.
- Salar el carro: tener sexo en el vehículo.
- Salir de parche: irse para un motel.
- Sombrero: condón. También se le llama antifaz, gorro, carpa.
- Sauna: hoy, muchos le dan otra connotación a esta palabra. En la actualidad, para algunos, hace referencia a espacios donde van muchos profesionales: médicos, abogados, políticos, etc, para tener sexo con otros hombres. En algunos casos el intercambio sexual es por placer, en otros es remunerado. Muchos universitarios acceden a realizarlo con el fin de obtener recursos para su manutención. En estos lugares se puede ver pornografía, luego acostarse con el del lado. Los hombres andan desnudos totalmente y se puede acceder a tener relaciones íntimas con el que se desee.
- Suripanta: mujer demasiado coqueta, fácil, regalada. También se les llama zunga.
-Pringao: haber adquirido una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual).
- Polvoegallo: Eyaculador precoz.
- Zanahoria: muchacha virgen, a la que los muchachos consideran obsoleta, fuera de circulación, una morronga que está out. La virginidad tiene para los jóvenes de hoy una connotación despectiva.
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