Entrar en la frecuencia del amor ilimitado, ¿es posible? La conferencista internacional argentina Alexandra Klaric asegura que sí y que se logra siguiendo 'Un Curso de Milagros', que es un entrenamiento mental para eliminar los miedos, soltar el pasado y permanecer en el presente para crear un nuevo futuro lleno de bellas sorpresas.
“Esta es una oportunidad para apartarnos del mundo, de lo conocido, dejar de prestarle atención a lo externo, a las cosas y a la forma y sumergirte en un viaje sin distancia hacia tu interior”, dijo Klaric quien llegó al país para dirigir un retiro en Chinauta, del 16 al 19 de junio.
“Soltar el pasado y perdonar es clave para Colombia y así entrar en un estado de paz y amor permanentes, mediante la transformación de cada persona desde su propio interior”, explicó.
Agregó que al vivir la experiencia individual, se sumarán miles de seres conectados vibrando en la misma frecuencia que conforman una masa crítica la cual provoca la transformación.
“Cuando perdonas, sueltas el pasado, y así lo cancelas en el presente, liberando el futuro”, dijo.
Klaric viaja por todo el planeta desde hace veinte años enseñando el singular curso, cuyo mensaje profundiza en las llaves para ingresar a ese espacio interior como son la gratitud, el perdón, la sanación, la compasión y la transformación.
“'Un Curso de Milagros' nos lleva a ser conscientes de aquello que nos bloquea individualmente, liberarlo y provocar el cambio interior; y cuando yo cambio ya no me enojo por todo, me río con más frecuencia, me lleno de dicha sin importar lo que pase ahí afuera, me vuelvo más productivo, alegre, saludable, me tomo la vida con paciencia, tranquilidad, y de repente cambia mi familia, mi barrio, mi ciudad, mi país, el planeta”, indicó.
“Es hora de tomar responsabilidades y asumir el compromiso de sanarnos a nosotros mismos, haciéndonos cargo de nuestras emociones, reacciones, de la manera como nos relacionamos con las personas; a través del amor, asumiendo conscientemente lo que pensamos, sentimos y creemos”, agregó Klaric.
Para que el mundo cambie no se requiere una religión, ni una filosofía, sino una experiencia universal, indicó, y concluyó que pequeños actos diarios pueden transformarlo todo, algo como, por ejemplo, prestar atención a nuestra respiración o, tender la cama y ordenar el cuarto al levantarse.
Dedicar unos minutos al día para prestar atención cuando nuestros hijos, padres hermanos o amigos nos hablan y hacer algo en beneficio de otro, de manera anónima también nos ayuda a sentirnos en paz con nosotros mismos.
Comentarios ()