Los niños prematuros son aquellos que nacen antes de las 37 semanas de gestación. En promedio, un bebé prematuro puede pesar de 800 a 2 mil gramos, y medir de 30 a 40 centímetros.
Con estos recién nacidos se deben tener cuidados específicos ya que salen al mundo sin los pulmones maduros ni el cerebro completamente desarrollado, así que pueden padecer problemas neurológicos, pulmonares o de vista.
Tradicionalmente a estos pequeños, al nacer, se les internaba en una incubadora que “remplazaba” el calor humano y se les monitoreaba constantemente para evitar complicaciones.
Madre Canguro
En Cartagena existe desde 2011 el programa Madre Canguro que consiste en sustituir el calor de la incubadora por el contacto piel a piel con sus madres o seres cercanos.
El Psicólogo clínico y director del programa, Juan Carlos Puerta, explica que se trata de una técnica en la que el bebé permanece en estricta posición vertical en el pecho de la madre sujetado con una faja a una altura específica.
A propósito, este 26 de abril se realizó en el Auditorio de Ciencias de la Salud de la Universidad de Cartagena la cuarta graduación de 200 niños prematuros adscritos al programa.
Esto es un reconocimiento al esfuerzo de los familiares y los pequeños. “Los niños graduados tienen al rededor de un año o año y medio, ellos cumplieron con todas las citas desde el momento que se les dio de alta en la clínica, siguieron el proceso y por eso tenemos niños caminando y hablando con un desarrollo normal”, asegura Juan Carlos Puerta.
Madre Canguro apunta también a los niños que nacen con un peso inferior a 2.500 gramos independientemente de la semana en la que nazcan.
Etapas de un niño canguro
El psicólogo explica que se deben cumplir dos etapas. La primera es el alta temprana, cuando salen de la clínica y se van a casa con sus padres y permanecen en posición canguro 24 horas hasta que cumplan las 40 semanas (contadas desde el momento de la gestación ) o ganen un peso de 2.700 gramos.
La segunda etapa es cuando el bebé cumple 40 semanas se le estimula con técnicas que varían cada tres meses dependiendo de la evolución del pequeño, hasta que cumple un año en edad corregida (tiempo contado a partir de las 40 semanas). El objetivo principal de este seguimiento es detectar complicaciones y corregirlas a tiempo.
Se debe recordar que la intervención canguro no remplaza las unidades de cuidado neonatal. Es una intervención en salud complementaria en el cuidado del recién nacido.
Testimonio
Merlys Isabel Marrugo es una madre que por problemas de preeclampcia dio a luz a Sara Valentina un 25 de septiembre cuando tenía 32 semanas de gestación. La niña pesó 1800 gramos y tenía una canal del corazón abierta, además de todos los riesgos que representaba un bebé a destiempo. Le colocaron un medicamento con el que permaneció 72 horas, y el problema desapareció. Durante ese tiempo no se alimentó.
A los 10 días su madre empezó a “cangurearla”. La bebé estaba entubada y con una sonda por donde la alimentaban. Había perdido 500 gramos. A los 20 días intentaron darle tetero pero no succionaba, cuando comió un poco vomitó y duraron 6 horas sin darle alimento.
Merlys atrevidamente le dio el seno porque su hija tenía mucho tiempo sin comer y lloraba de hambre. Ahí cayo en cuenta que ella sí podía comer sin complicaciones pero no le gustaba el tetero.
A los 22 días le quitaron el oxigeno. Y a los 24 días Sara Valentina había recuperado el peso con el que nació, no tenía problemas en el corazón, respiraba por si sola y la podían alimentar con seno, por eso le dieron de alta.
El proceso continuó, cada ocho días la llevaba a citas Canguro. Hoy tiene un año y siete meses, tiene un desarrollo normal en peso, talla y a nivel cognitivo.
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