Para nadie es un secreto que, a medida que pasan los años el organismo se va deteriorando y que la niñez y la juventud suelen ser sinónimos de salud y bienestar.
Sin embargo, hay órganos que por más infancia o juventud que se tengan encima, jamás deben descuidarse; uno de ellos es corazón.
Este músculo, principal órgano del sistema circulatorio, es el encargado de darle el impulso a la sangre para que ésta llegue a todos los rincones del cuerpo y permita su funcionamiento óptimo, así que si éste deja de funcionar, el resultado es fatal aunque se sea un niño.
Por esta razón, es importante que cuide el corazón de su hijo y aprenda a detectar cuando algo no está funcionando bien.
“Los padres deben estar muy atentos si ven que el niño se está fatigando fácilmente, se está poniendo morado o cianótico (de coloración azulada), si con actividades tan sencillas como empezar a comer suda mucho, se fatiga o tiene desmayos. Esos son síntomas que pueden indicar que el niño puede estar sufriendo alguna enfermedad cardiaca”, explica Álvaro Arenas, electrofisiólogo pediatra de la Fundación Cardioinfantil.
“Algunos niños también pueden presentar arritmias como taquicardias, sienten que les palpita el corazón más rápido y en esos casos también se debe estar atento”, añade.
Es importante saber cuáles son los exámenes de rutina para detectar anomalías en el corazón.
“Los síntomas de una anomalía en el corazón de un niño, dependen de su edad: los recién nacidos siempre deben tener su evaluación por el pediatra en la que les analizan la frecuencia cardiaca, si tienen algún tipo de soplo, si requieren de algunos exámenes cardiológicos o no”, afirma Arenas.
Prevenga y cuídelo
El corazón es tan importante que su ritmo puede variar de acuerdo a las situaciones a las que se esté expuesto; por ejemplo si hay un susto o un impacto fuerte, lo más probable es que se acelere, si hay falta de oxígeno, puede desacelerarse.
Si ama de verdad a su hijo, ayúdele a cuidar su corazón.
Según el pediatra Álvaro Arenas, “durante el embarazo hay que hacerse los controles adecuados porque en ese momento podemos ver si el niño viene con alguna malformación. Si el niño nace sano y sin patología de corazón, lo ideal es que tenga una alimentación completamente balanceada y sana para evitar problemas cardiacos, y tenga actividad física adecuada porque el sedentarismo y la obesidad son problemas que van a llevar a trastornos cardiacos en el futuro”.
“No se recomienda en lo absoluto el consumo de bebidas energizantes porque éstas pueden afectar su corazón, así como el consumo de tabaco, alcohol y sustancias psicoactivas cuando ya se es adolescente, porque también pueden llevar a sufrir patologías cardiacas”; agrega.
El Especialista señala que otros productos que pueden generar irritación en el corazón son las gaseosas y bebidas oscuras, más aún, si el niño tiene predisposición.
Siendo un órgano de tanto valor y funcionalidad, debería cuidarse más que una cajita de esas que dicen ‘Delicado’. No obstante, muchos padres pensando que están haciendo bien, prefieren seguirse por malos hábitos para sus hijos como permitir que consuman gaseosas, comida chatarra y dejando de fomentar en casa la actividad física y la alimentación a base de frutas y verduras.
Recuerde que su hijo es el resultado de lo que usted mismo le haya enseñado, y que un mal en su corazón no desarrollado en el nacimiento, puede ser su responsabilidad.
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