Permitir que niños o adultos compartan la cama con su mascota debe ser una decisión que se tome luego de analizar varios puntos de vista, aconsejan los expertos. Inicialmente, es importante asegurarse de que la higiene del perro o el gato sea óptima.
“No es lo mismo el perro de apartamento que sale de collar, está desparasitado, vacunado, con antipulgas y limpio, al perro que sale solo, come basura y tiene pulgas”, opina Octavio Salazar, veterinario de Laurelpet.
Además de mantener controladas pulgas y garrapatas, para sorpresa de muchos, el sarro dental es una condición a la que hay que huirle, pues alberga gran cantidad de virus y bacterias que pueden contagiarse a los seres humanos.
“Las personas no acostumbran cepillar los dientes de sus mascotas con frecuencia, que tengan una higiene oral excelente es fundamental, de no cepillarlos todos los días pueden dejar sarro dental en la cama de sus propietarios y provocar alteraciones para la salud.
Igualmente deben limpiarse las patas cada vez que salen a caminar”, señala Andrés Felipe Ramírez, veterinario de Kanú.
En términos emocionales dormir con una mascota puede servir de compañía o apoyar a quienes han sido diagnosticados con problemas psicológicos. Sin embargo, para los animales el asunto no resulta tan positivo, especialmente para los perros, pues pueden desarrollar un vínculo tan estrecho con su amo, que cuando sea necesario que el propietario se ausente es posible que desarrollen ansiedad por separación, “en esos casos, el perro por falta de compañía puede dejar de comer y de tomar agua, por ejemplo. Ese vínculo tan estrecho a veces no resulta tan bueno, por lo tanto, la recomendación es que tenga su propio lugar para descansar”, dice Ramírez.
En el caso de los gatos, dormir o no con ellos es un asunto menos complejo, gracias a la independencia de su carácter.
Enemigos de las alergias
Contrario a lo que se pensaba hace un tiempo, convivir con las mascotas sin compartir la cama, disminuye las probabilidades de desarrollar alergias, así lo confirma el pediatra Juan Pablo González. Estudios demuestran que la convivencia temprana con mascotas, desde los primeros días de vida del niño, disminuye el riesgo de alergias.
Incluso, se sabe que la transmisión de infecciones o de enfermedades no suelen ser frecuentes. La recomendación es vivir con la mascota, compartir el mismo espacio, pero no la misma cama. No ofrece ninguna bondad dormir con una mascota, menos en los niños, en quienes es necesario fomentar la autonomía y la independencia”.
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