Los antibióticos son uno de los descubrimientos más importantes en la medicina, ya que ayudan a tratar infecciones causadas por bacterias, pero cuando no se prescriben de forma adecuada puede generar un efecto adverso: la resistencia de las baterías al medicamento.
Así lo establece la Organización Mundial de la Salud, organismo que considera que el 50% de los antibióticos se prescriben innecesariamente.
Un estudio realizado en Colombia por el Grupo de Investigación en Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia de Audifarma entre los años 2005- 2006 y publicado en la Revista Colombiana de Salud Pública, demostró que los antibióticos más utilizados son las penicilinas (amoxicilina, dicloxacilina), seguido de las cefalosporinas de primera generación y sulfonamidas.
Así mismo, también se estableció que la tasa de prescripción de antibióticos corresponde aproximadamente a 12% del total de los medicamentos dispensados, de los cuales 11 % corresponden a la vía inyectable.
El estudio incluyó a varias de las principales ciudades del país para determinar el consumo de antibióticos por regiones, y se demostró que Ibagué es la de mayor consumo y Bogotá la de menor consumo por habitante.
En cuanto a la automedicación, la firma Audifara realizó otro estudio a través de su Grupo de Investigación en Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia, y publicado en la Revista Biomédica, el cual estableció que la prevalencia de la automedicación fue de 77,5 % y los medicamentos más utilizados fueron: analgésicos y antipiréticos (44,3 %), anti-inflamatorios no esteroideos (36,4 %), antihistamínicos (8,5 %) y antibióticos (6.3).
Las tasas de utilización encontradas en la población colombiana son menores a las reportadas en países europeos, más aún los costos también son menores, probablemente influenciados por contar con el formulario de medicamentos del Plan Obligatorio de Salud.
“El panorama actual es desalentador y son urgentes los llamados para que los encargados de la prescripción de antibióticos asuman una doble responsabilidad. Por un lado, ofrecer el tratamiento óptimo para cada paciente, y por otro, un compromiso con la salud pública para preservar su eficacia y reducir al mínimo el desarrollo de resistencia. Su uso prudente es la única opción”, explica Claudia Giraldo Giraldo, médica epidemióloga del Grupo de Investigación en Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia, de Audifarma.
Por ello, la experta recuerda el decálogo para el uso adecuado de los antibióticos:
1. Adquirir el antibiótico con fórmula médica.
2. Consumir el medicamento indicado por el médico.
3. Usarlo cuando es prescito y no para otras enfermedades.
4. Tomarlo en las horas y en las dosis establecidas.
5. Utilizarlo por la vía establecida.
6. Consumirlo por el tiempo prescrito, así el paciente se empiece a sentir mejor.
7. Almacenarlos adecuadamente para su consumo
8. Tener en cuenta efectos adversos e interacciones.
9. No compartir sus antibióticos.
10. Desechar los medicamentos en los puntos azules ubicados en droguerías y grandes almacenes a nivel nacional.
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