POR: RAQUEL G. MOLINA
El impacto que las relaciones sexuales tienen en el rendimiento deportivo es una inquietud extendida entre muchos deportistas. El vínculo entre testosterona y el crecimiento muscular ha dado lugar a mitos que llevan a muchos hombres a abstinencias sexuales prolongadas con el objetivo de potenciar sus entrenamientos.
El mito de la abstinencia sexual tiene especial tradición en deportes relacionados con la fuerza (levantamiento de pesas, culturismo, boxeo, ciclismo…), en los que la agresividad se relaciona con el rendimiento deportivo.
Esta asociación no es nueva. El boxeador Mohamed Alí afirmó guardar una abstinencia de seis semanas antes de los combates para acumular testosterona y ganar agresividad. También se ha especulado durante mucho tiempo en torno a la separación de mujeres y hombres antes de las grandes competiciones, por ejemplo, en los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, los estudios desmienten que exista algún fundamento científico para prohibir las relaciones sexuales antes de las competencias. Además de los efectos fisiológicos y hormonales, los expertos en urología y medicina deportiva distinguen el impacto psicológico que esta práctica provoca en los atletas.
La testosterona y el crecimiento muscular
La testosterona es una hormona directamente relacionada con el crecimiento de los músculos. Además de su connotación sexual, tiene función anabolizante. Es decir, se encarga de sintetizar músculo, hueso, maneja las grasas y proporciona energía. “Un hombre con baja testosterona tiene un desarrollo muscular escaso, además de peor mineralización de los huesos y problemas de falta de energía”, explica el urólogo Ignacio Moncada.
“Para conseguir el rendimiento con el entrenamiento de fuerza, hay que tener niveles relativamente importantes de testosterona”, señala el doctor Pedro Manonelles, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte.
Desde la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual, el urólogo-andrólogo José Luis Arrondo incide en la relación entre la testosterona y el estado de ánimo. “La testosterona disminuye la irritabilidad, la depresión y la ansiedad, y todo esto puede influir positivamente en el rendimiento del ejercicio físico”, sostiene el especialista.
“Hoy día, los estudios dejan claro que una actividad sexual regular normal no influye en el rendimiento muscular”, afirma el presidente de la AESYMES.
Según el urólogo Ignacio Moncada, la actividad sexual no tiene por qué tener un efecto negativo sobre el entrenamiento ni la competición, sino que al contrario puede beneficiarla.
“La actividad sexual regular aumenta ligeramente los niveles de testosterona natural, lo que haría que el rendimiento fuera teóricamente más alto”. A este respecto, el especialista identifica la falta de concentración y otras cuestiones de tipo psicológico como la causa de la alteración del rendimiento.
¿Efecto hormonal o psicológico?
“Realmente no hay ninguna evidencia de que abstenerse de relaciones sexuales permita tener un rendimiento deportivo mayor ni menor. Si hay algún efecto, es más bien un efecto psicológico que puede hacer que en unos casos sea positivo y en otros casos sea menos positivo”, considera Moncada.
“Parece que todo se enfoca en el nivel hormonal, y sin duda el factor psicológico es muy importante”, recalca el doctor Arrondo. En este sentido, el urólogo explica cómo esta asociación ilógica es un tema subjetivo a menudo relacionado con la adicción al gimnasio y la difusión de las redes sociales.
Arrondo afirma que esta idea es mucho más común entre los jóvenes y gente que no tiene pareja. El doctor Moncada señala que también se tiende a pensar que la actividad sexual desgasta, especialmente durante la eyaculación. No obstante, se ha demostrado que la única energía que se pierde durante una relación sexual son unas 25-50 calorías.
Además, el aumento de la irritabilidad y agresividad a causa de la abstinencia no funciona bien y hace cometer errores en las competiciones. Así lo demostró una revisión publicada en el Journal of Sports Medicine, que concluyó que mientras algunos individuos pueden sentir que el sexo ayuda a liberar la ansiedad, para otros se puede convertir en una distracción.
Equilibrio entre sexo y entrenamiento
Los expertos afirman que sexo y el ejercicio deben ir de la mano en una vida activa y positiva, pero con sentido común. Para aumentar la testosterona de forma natural, los especialistas en urología recomiendan:
-Controlar la dieta. La alimentación equilibrada es fundamental, pues la obesidad está relacionada con la disminución de testosterona.
-Hacer ejercicio. Se sabe que el ejercicio aumenta la testosterona, siempre y cuando se practique dentro de unos límites.
-Reducir el estrés. La hormona del estrés, el cortisol, disminuye la producción de testosterona.
-Dormir bien. Por la noche hay un aumento de secreción de testosterona, por lo que el descanso adecuado ayuda a la regulación hormonal.
-Practicar sexo habitualmente. También se incluye, dentro de una práctica normal y en función de las apetencias del individuo o de la pareja.
Expertos recomiendan llevar una vida sexual normal y no planificar las relaciones sexuales en base al entrenamiento. “La sexualidad tiene que ser positiva y gratificante, y una de las cosas muy negativas es planificarlas”, recalca el sexólogo.
La actividad sexual regular aumenta ligeramente los niveles de testosterona natural, lo que haría que el rendimiento fuera teóricamente más alto”.
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